El efecto de las predicciones sobre posibles desastres naturales vuelve a ocupar el centro de la actualidad en Japón, donde una mezcla de temor, tradición y credulidad popular está generando notables consecuencias sociales y económicas. En los últimos días, la inquietud y la incertidumbre se han apoderado de buena parte de la población y de los visitantes extranjeros, a raíz de una advertencia sobre un gran tsunami prevista en un conocido manga japonés.
La caída repentina de las reservas turísticas en ciertas zonas emblemáticas del país nipón ha sorprendido tanto a las autoridades locales como a las agencias de viajes internacionales. Se estima que las reservas han descendido hasta un 50%, un dato demoledor que no se asocia ni a conflictos bélicos ni a subidas de precios, sino a una predicción publicada hace décadas cuyo eco ha revivido recientemente.
El manga que vaticina desastres y siembra el miedo
Para comprender la origen de esta oleada de cancelaciones y del temor, hay que remontarse a 1999. Ese año se publicó en Japón ‘El futuro que vi’ de Ryo Tatsuki, una autora que plasmó en sus páginas escenas inspiradas en sueños premonitorios. Aunque en su momento pasó relativamente desapercibido fuera de los círculos de aficionados, lo cierto es que el manga ha ido ganando prestigio y notoriedad conforme se han ido cumpliendo, supuestamente, algunas de las predicciones allí narradas.
Entre los aciertos más comentados de Tatsuki figuran el gran terremoto de 2011 en Japón, la pandemia sanitaria global de 2020 y las fechas de fallecimiento de personajes tan conocidos como la princesa Diana o Freddie Mercury. Esto ha alimentado una corriente de seguidores convencidos de la veracidad de las visiones de la autora, y ha hecho que cada nueva predicción resulte especialmente seguida y temida.
Supertsunami el verano de 2025: turismo en alerta
Lo que ahora genera pavor en la sociedad japonesa y asiática es la predicción de un supertsunami que, según el manga, tendría lugar este mismo verano en la costa de Japón, con una magnitud superior a la de eventos previos. Aunque los sismólogos y expertos llevan mucho tiempo advirtiendo sobre la posibilidad de un gran seísmo en la región, la narrativa de Tatsuki se ha instalado en el imaginario colectivo de una forma insólita, hasta el punto de condicionar los planes de viaje y la actividad hotelera.
El miedo a que la predicción se materialice ha traspasado las fronteras japonesas, afectando especialmente a los turistas procedentes de China continental, Hong Kong, Tailandia y Vietnam. En estos países, diversos vídeos y mensajes en redes sociales insisten en la conveniencia de evitar Japón durante los próximos meses para no exponerse a un desastre anunciado.
Un efecto dominó en la industria turística
El impacto de estas predicciones no se limita a rumores o comentarios en redes. Las propias agencias de viaje internacionales han comunicado un descenso pronunciado en las reservas. Según el director gerente de una importante agencia con sede en Hong Kong, las reservas a Japón cayeron a la mitad durante la Semana Santa, y la tendencia es bajista para los siguientes meses.
Las cifras son tan llamativas que incluso las autoridades japonesas han emitido comunicados llamando a la calma y recordando que no existe evidencia científica contundente que respalde la inminencia del desastre predicho en el manga. Sin embargo, la percepción de riesgo es un elemento difícil de combatir, sobre todo cuando las creencias populares encuentran eco en hitos reales anteriores.
Predicciones, cultura y desinformación: una combinación explosiva
La cultura japonesa tiene una larga tradición de relatos y creencias sobre el futuro. No es la primera vez que un manga o producto de ficción marca la agenda social, aunque en este caso el contexto de incertidumbre global parece haber amplificado su efecto. La difusión viral de los miedos, sumada a la coincidencia con predicciones pasadas que se interpretan como acertadas, ha dado lugar a un fenómeno donde la línea entre la información, las creencias y la desinformación se vuelve difusa.
Mientras tanto, el sector turístico intenta capear el temporal y las autoridades refuerzan los mensajes de tranquilidad. Habrá que seguir prestando atención a la evolución de estas predicciones y su influencia real en las decisiones de viaje, así como al papel que puede jugar la comunicación en la prevención de crisis de confianza semejantes en el futuro.