Cada año, tanto en el Pacífico como en el Atlántico se forman huracanes (o tifones, si estamos en Asia) que pueden ser de poco intensos, a tener la fuerza necesaria para arrasar todo lo que se encuentran a su paso. Pero, ¿qué pasaría si unos huracanes espaciales llegaran a la Tierra?
Esto, si bien podría ser (y, no vamos a negarlo, debería ser) simplemente una pesadilla, algo que no es real, lamentablemente un estudio dice lo contrario. Poco probable, sí, pero probable al fin y al cabo.
¿Qué son los huracanes espaciales?
Para entender cómo se forman, tenemos que hablar del Sol o, siendo más específicos, del viento solar. Este tipo de viento da pie a que se desarrolle la inestabilidad Kelvin-Helmholtz. También llamadas ondas Kelvin o cirrus Kelvin-Helmholtz, ocurren cuando un flujo se presenta dentro de un fluido continuo o cuando hay una diferencia de velocidad a través de la interfaz entre dos fluidos.
Si bien están a más de 500 mil kilómetros, Katariina Nykyri, investigadora del Centro para la Investigación Espacial y Atmosférica de Florida, indicó que pueden producir fluctuaciones de ultrafrecuencia en las líneas del campo magnético terrestre e interactuar con las partículas del cinturón de radiación.
¿Cómo afectarían a la Tierra?
Los huracanes espaciales son un peligro real para los satélites de comunicaciones y las misiones espaciales. Son »una de las principales formas en que el viento solar transporta energía, masa e impulso hacia la magnetosfera; debido a ello, afectan a la rapidez con que crecen las ondas Kelvin-Helmholtz y su tamaño».
La inestabilidad causada por el plasma rebotaría en el campo magnético de la Tierra, pudiendo crear bandas de energía térmica a unos 67 mil kilómetros del planeta. Teniendo esto en cuenta, es fundamental entender los mecanismos que afectan al crecimiento y a las propiedades de estos fenómenos.
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