Una granizada muy severa sorprendió a La Codoñera a primera hora de la tarde, dejando en pocos minutos un reguero de desperfectos en el campo y en el casco urbano. Las piedras de hielo alcanzaron tamaños cercanos a los 3 centímetros, con numerosos granizos comparables a una moneda de un euro, y cayeron con tal fuerza que hicieron bajar persianas y cerrar ventanas a toda prisa.
El episodio se produjo con la provincia en alerta amarilla por tormentas, en el marco de una célula que cruzó el norte de Teruel. En la localidad, el cauce conocido como la val llegó a desbordarse, impidiendo por momentos el paso hacia los caminos agrícolas y dificultando una evaluación inmediata de todos los daños.
Cómo y cuándo golpeó la granizada
La tormenta se activó alrededor de las 16:15 y descargó con intensidad durante unos 15-20 minutos. Primero cayó pedrisco “en seco” y, acto seguido, la granizada llegó acompañada de lluvia, incrementando la virulencia del episodio y el riesgo para cultivos y viviendas.
En el núcleo urbano se registró granizo de tamaño considerable, con multitud de piedras medianas y golpes puntuales con bolas más grandes. Vecinos y responsables municipales relatan que hubo que asegurar puertas y ventanas por el impacto del hielo, que rebotaba con gran ruido en tejados y persianas.
La granizada vino asociada a rachas de viento muy fuertes. En la zona se llegaron a superar los 80-90 km/h según observaciones locales, y la AEMET midió picos de 71 km/h en Valderrobres. El paso de la tormenta trajo además un descenso térmico notable; en puntos cercanos como Calanda, el termómetro bajó hasta 19,6 ºC.
En la provincia, el episodio dejó acumulados de precipitación dispares pero significativos: Fonfría registró 12,4 l/m², mientras que Montalbán alcanzó 8,8 l/m², Calanda sumó 8,2 l/m² y Castellote rondó los 6,2 l/m², de acuerdo con datos de la AEMET y redes de observación en la zona.
Impacto en el campo y en el casco urbano

Los almendros y olivos del entorno de La Codoñera figuran entre los cultivos más castigados; numerosas parcelas quedaron muy dañadas por el impacto del hielo y la posterior escorrentía. En varios puntos, el granizo no perdonó los frutos ni la vegetación de acompañamiento.
En el casco urbano se reportaron tejas rotas, persianas y antenas arrancadas por el viento, además de daños en fachadas y contenedores. Testigos describen escenas con antenas caídas en la vía pública y restos de material diseminados por la fuerza de la tormenta.
La val desbordada complicó el acceso a caminos y fincas, por lo que el balance aún es provisional. Hubo pequeñas inundaciones en bajos y garajes, y el Ayuntamiento abrió el pabellón para resguardar vehículos y minimizar más daños mientras amainaba el temporal.
Desde la Alcaldía se subraya que, en un margen de poco más de 20 minutos, cayó mucha agua y granizo, con efectos severos tanto en el campo como en algunas viviendas. Los trabajos de revisión y limpieza continúan para delimitar con precisión la afectación real en todo el término municipal.
La estampa que queda en La Codoñera tras la granizada es la de un término golpeado en pleno verano: campos de almendro y olivo dañados, calles con desperfectos y una comunidad que ya trabaja para cuantificar pérdidas y reparar lo más urgente, a la espera de que la meteorología permita acceder a todas las fincas y completar la evaluación de daños.

