Geoingeniería

Sabemos que uno de los problemas más grandes a los que se enfrenta al ser humano en este siglo es al cambio climático. El aumento de las temperaturas medias globales está provocando alteraciones en el clima a nivel mundial. Las consecuencias de estado pueden ser catastróficas y se debe evitar a toda costa. Para ello, se ha creado la geoingeniería. Muchas personas no saben qué es la geoingeniería ni que intenta hacer.

Por ello, en este artículo vamos a contarte qué es la geoingeniería, cuáles son sus características, objetivos y mucho más.

Que es la geoingeniería

La geoingeniería se refiere a un conjunto de tecnologías diseñadas para la intervención climática en un intento de «remediar» el cambio climático. Esta disciplina aspira a ser tecnología a escala planetaria.

Actualmente, la ciencia enfrenta dos desafíos: absorber el dióxido de carbono del aire para que la atmósfera atrape menos calor y reflejar más luz solar para que la Tierra absorba menos calor.

Esta disciplina en desarrollo ya ha llevado a algunos investigadores a investigar, a través de simulaciones por computadora o experimentos de laboratorio a pequeña escala, las contribuciones que traerá el desarrollo de la geoingeniería, así como los riesgos que puede traer.

En esta profesión se combinan los campos de conocimiento de la ingeniería, la geografía y la informática, por lo que es una ciencia que siempre ha sido debatida en cuanto al alcance de su intervención.

Características principales

Una de las apuestas más arriesgadas frente al cambio climático es la geoingeniería, concepto que engloba diferentes propuestas técnicas de manipulación del clima global para abordar algunos de los síntomas del caos climático. Tiene riesgos ambientales, sociales y geopolíticos, pero el mayor riesgo inmediato es que se convierta en una excusa para la inacción climática: se usa como excusa para la continuación y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y promete que en el futuro habrá tecnologías para eliminarlos o reducir la temperatura.

Es una promesa vacía, ya que la gran mayoría de estas ideas son solo teóricas, y las pocas que están mínimamente desarrolladas en la práctica son prototipos, o no funcionan por diversas razones. En ningún caso se desarrollarán a escala comercial o a una escala global gigantesca para tener un impacto significativo en el calentamiento.

Sin embargo, las propuestas de geoingeniería son muy atractivas para las industrias contaminantes que contribuyen a las altas emisiones de gases de efecto invernadero, como la energía fósil, la minería, el transporte, la automotriz, la agroindustria, etc., y para los países anfitriones de las grandes corporaciones que dominan estas industrias. Parecen ser una hipotética «solución» tecnológica que permitiría continuar con las actividades contaminantes sin enfrentar los cambios fundamentales requeridos en los patrones de producción y consumo. Al mismo tiempo, abre nuevos recursos y oportunidades para el comercio, el desarrollo y la extracción.

Básicamente, son una forma de crear un gran mercado cautivo global: las causas del cambio climático continúan, por lo que la crisis climática continúa intensificándose, por lo que vender tecnologías para controlar los síntomas, si funcionan, abre un mundo que, una vez iniciado, no puede Suspensión, en su mayoría pagado por los estados. El impulso del concepto engañoso de «cero neto» de compensar las emisiones en lugar de reducirlas también es una plataforma para la geoingeniería como una «solución» tecnológica.

Propuestas de la geoingeniería

Las técnicas de geoingeniería generalmente se dividen en tres categorías amplias: aquellas destinadas a la eliminación de dióxido de carbono; aquellas que intentan reflejar parte de la radiación solar en el espacio para reducir las temperaturas y las de modificación locales del clima, para causar o evitar lluvias, granizo, etcétera.

Actualmente existen alrededor de 25-30 propuestas de geoingeniería en estas tres categorías, que proponen manipular ecosistemas terrestres, marinos y/o atmosféricos. Sin embargo, ninguno de ellos intenta abordar o modificar las causas del cambio climático, sino manejar algunos de sus síntomas.

Entre las tecnologías propuestas hay algunas que sugieren inyectar sulfatos u otros productos químicos en la estratosfera para bloquear la luz solar, atenuando así la radiación que llega a la Tierra; blanquear o iluminar las nubes marinas para que reflejen más luz solar hacia el espacio; desarrollar instalaciones para capturar dióxido de carbono de la atmósfera y enterrándolo en pozos de petróleo u otras formaciones geológicas en la tierra y los océanos; fertilizando los océanos con hierro o urea para estimular el rápido crecimiento del plancton con la esperanza de que absorba más dióxido de carbono y lo convierta en hundirse en el fondo de la océano; cambiar la química de los océanos con rocas pulverizadas para hacerlos más alcalinos; y plantar grandes extensiones de árboles o cultivos genéticamente modificados que se dice que absorben más carbono o reflejan más luz solar.

¿Puede ayudar realmente a combatir el cambio climático?

Con mucho, las propuestas más comunes son las que implican la eliminación y el almacenamiento de carbono. La captura y almacenamiento de carbono (CAC o CCS), una antigua técnica de la industria petrolera utilizada para acceder a reservas profundas de hidrocarburos, paradójicamente extrae más petróleo, lo que conduce a más emisiones de gases de efecto invernadero.

Las propuestas que se basan en esta tecnología, como la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECAC o BECCS), implican el cultivo de enormes plantaciones de árboles o cultivos y luego cortarlos/quemarlos para producir «bioenergía», que luego se combina con CCS para capturar las emisiones de carbono de la producción. Asimismo, la captura directa de aire (abreviado CAD o DAC) utiliza, por ejemplo, grandes unidades de ventiladores para filtrar el aire y separar el CO2 con solventes químicos, luego las CAC entierran el carbono o lo reutilizan para diferentes productos, para que tarde o temprano el CO2 regrese a la atmósfera, por lo que no debe llamarse «almacenamiento». La industria de los combustibles fósiles está muy interesada en todas estas tecnologías y realiza la mayor parte de las inversiones en estas iniciativas.

Más recientemente, los defensores de la geoingeniería han intentado distanciarse del término «geoingeniería», ya sea proponiendo la tecnología sola o afirmando que las tecnologías de eliminación de dióxido de carbono son tan diferentes de las tecnologías de geoingeniería solar que deben considerarse por separado. Si bien estas tecnologías son realmente diferentes entre sí, lo que todas tienen en común es que todas proponen una manipulación tecnológica del clima a gran escala.

Nombrarlos individualmente es una forma de evitar la consideración de su mayor impacto regional o global, evitando el necesario análisis de los efectos sinérgicos que surgen de la aplicación simultánea de varias de estas tecnologías, y lo más importante, evitando la generalización comunitaria y pública, desde el principio Justo darse cuenta de que estas son tecnologías de alto riesgo.

Espero que con esta información puedan conocer más sobre qué es la geoingeniería y sus características.