
En 1992 el Huracán Andrew, un devastador ciclón tropical, impactó en Estados Unidos con categoría 5, la más alta de la escala Saffir-Simpson. Como puede observarse en las fotos, el poder de destrucción este fenómeno meteorológico extremo fue terrible.
Arrasó con todo lo que encontró a su paso: edificios, vehículos… Y dejó tras de sí 45 mil millones de dólares de pérdidas (la mayoría en el área de Miami), sólo superado en este sentido por el Katrina de 2005. El número de muertes ascendió a 23, aunque pudo haber sido mucho mayor de no haberse llevado a cabo un eficaz plan de evacuación.
El Andrew fue el tercer huracán de categoría 5 en golpear Estados Unidos. Afortunadamente, el país ya sabía a lo que se enfrentaba y estaba preparado. El Huracán del Día del Trabajo y Camille fueron sus predecesores en 1935 y 1969 respectivamente y avisaron de la peligrosidad de los más potentes ciclones tropicales.
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Fotos – Deadly Storms