Detener los efectos del cambio climático es de vital importancia para el futuro de nuestras generaciones venideras y para la garantía del mantenimiento de los recursos naturales y la biodiversidad.
Sin embargo, las acciones para frenar al cambio climático, como por ejemplo la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, son costosas. Se requiere de un presupuesto previo y una preparación. ¿Está España preparada económicamente para contribuir a la reducción de los efectos del cambio climático?
Acuerdo de París
Cientos de países de todo el mundo, contribuyente a las emisiones de los gases que provocan el cambio climático, han ratificado el Acuerdo de París. Esa determinación de los países a estabilizar las emisiones mundiales de CO2 implica diversos cambios en el sistema financiero global. Estos cambios hacen que los gobiernos y las empresas tengan que ajustar sus presupuestos. ¿Qué ocurre con la economía española?
Esta es una de las preguntas a las que intentan responder los expertos en la materia de cambio climático. En un foro de debate celebrado en Madrid por la escuela de negocios AFI y el Instituto francés para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (Iddri), llamado “Gestión de riesgos climáticos y financiación sostenible”, han tratado temas de esta índole.
La ratificación del Acuerdo de París ha supuesto «un antes y un después» en las implicaciones económicas que tendrán los gobiernos en la lucha contra el cambio climático. Entre esas implicaciones cambian las empresas que dispongan de muchos activos financieros intensos en carbono. Para ello deben de definir mapas de riesgos a los que se enfrentarán diversos sectores conforme avance la transición energética hacia las renovables. Esto es, los inversores comienzan a cuestionarse si las inversiones que hoy día son rentables económicamente, basadas en la explotación y extracción de combustibles fósiles, lo serán en un futuro donde primarán las energías renovables.
Este planteamiento de transición energética, lucha contra el cambio climático y descarbonización, hacen desarrollar análisis de los posibles riesgos climáticos asociados a las inversiones a las instituciones y corporaciones. Por ejemplo, tiene que realizar análisis exhaustivos sobre la rentabilidad que tiene el extraer combustibles fósiles aún sin descubrir o empresas que están desarrollando sus actividades en zonas que son más susceptibles de quedar afectadas por los desastres naturales provocados por el cambio climático.
Reformas en el sistema financiero global
El Consejo de Estabilidad Financiera es el órgano promovido por el G20 para reformar el sistema financiero global Debido a los cambios e implicaciones por los efectos del cambio climático, se han visto obligados a colocar las implicaciones financieras para combatirlo entre el foco de sus prioridades.
Para hacer frente a estos cambios financieros ha creado un grupo de trabajo que se encarga de elaborar un informe que vaya orientando a los países sobre las implicaciones financieras que lleva consigo el aumento de los efectos del cambio climático.
Se realizará durante los meses desde ahora hasta junio unas reformas y unas orientaciones para que las empresas y corporaciones puedan ir dando forma a sus cambios en el sistema financiero. El documento que se presentará en la cumbre G20 en junio en Alemania será una herramienta que ayude en el asesoramiento de toma de decisiones sobre los riesgos y oportunidades que presenta el calentamiento global, y así como las metas más convenientes que hay que elegir para hacer esos análisis.
¿Qué ocurre en España?
En España la concienciación por el cambio climático y el calentamiento global no influye demasiado en las inversiones. A día de hoy el Banco de España no sabe cuántos bienes tiene asociados a activos que trabajen con carbón. Es por ello, que no dispone de ninguna estrategia que ayude a desarrollar actuaciones si se superan los umbrales de peligrosidad por los efectos del cambio climático. Tampoco conocen la vulnerabilidad que tienen las infraestructuras ante el aumento de los desastres naturales.
En resumen, España va como siempre, a la cola del resto de países. A día de hoy no conoce el riesgo que puede suponer el cambio climático en nuestra economía.