A esa conclusión ha llegado un equipo dirigido por el académico Satoshi Ide, de la Universidad de Tokio (Japón). Como si de un mal sueño se tratase, la luna parece que está activando los grandes terremotos, los cuales son más probables cuando hay mareas altas o vivas, es decir, cuando nuestro satélite está en fase de luna llena o nueva.
El efecto de la Luna sobre la Tierra ya era conocido, ya que ejerce una fuerza gravitacional que activa las mareas y contribuye a mantener la estabilidad de nuestro planeta. Existe incluso la creencia popular de que la Luna influye en los sentimientos y comportamientos humanos. Sin embargo, hasta ahora no se había realizado un estudio que demostrara que también podría tener un papel clave en la activación de grandes terremotos.
El equipo de investigadores llevó a cabo un meticuloso estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, en el que recrearon el tamaño y la amplitud de la fuerza del marea, un efecto de la gravedad que provoca las mareas, en las semanas previas a grandes terremotos de magnitudes 5,5 o superiores.
Así, hallaron una correlación entre las fuerzas de marea y los grandes terremotos, mientras que no encontraron dicha correlación en los sismos de menor magnitud. Este descubrimiento es un avance significativo, ya que podría facilitar la predicción de grandes terremotos en el futuro.
Los terremotos como el de Maule (Chile) en 2010 y el de Tohoku-oki (Japón) en 2011 ocurrieron en momentos de alta amplitud de las mareas. Esto sugiere que existe una relación entre el fenómeno lunar y los sismos, lo cual podría ayudar a los investigadores a entender mejor cómo se inician los terremotos y, potencialmente, a prevenir que más personas pierdan la vida durante estos trágicos eventos.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron datos de tres registros de sismos que cubren eventos en Japón, California y a nivel global. Evaluaron las mareas que ocurrieron 15 días antes de los terremotos, asignando un número del 1 al 15 para medir el esfuerzo relativo de las mareas. Este enfoque les permitió descubrir que grandes terremotos, como los de Chile y Japón, se produjeron durante las fases de luna llena y nueva, cuando el Sol, la Luna y la Tierra se alinean.
En su investigación, también encontraron que de 10,000 terremotos con una magnitud cercana a 5,5, aquellos que se iniciaron en un momento de marea viva tienen más probabilidades de alcanzar una magnitud de 8 o superior. Esto es un descubrimiento trascendental, ya que demuestra que las fuerzas de marea pueden tener un impacto significativo en la actividad sísmica, incluso en escalas grandes.
¿Cómo interactúan la Luna y la Tierra?
La relación entre la Luna y la Tierra es compleja. La fuerza gravitacional ejercida por la Luna no solo afecta el agua de los océanos, sino que también tiene efectos sobre la corteza terrestre. La gravedad lunar provoca que el agua se eleve, creando mareas altas en las áreas donde la Luna está más directamente sobre la superficie del planeta. Además, puedes leer más sobre las características de la Luna para entender mejor su influencia.
Aunque el Sol también ejerce una fuerza gravitacional sobre la Tierra, su distancia hace que su impacto en las mareas sea menos significativo que el de la Luna. Sin embargo, el tirón gravitacional combinado de la Tierra, el Sol y la Luna puede generar tensiones en las fallas geológicas que podrían contribuir a la actividad sísmica.
Los sismólogos han investigado durante mucho tiempo la relación entre las mareas y los terremotos, observando que dos mareas altas al día pueden generar pequeños temblores en áreas específicas, como la falla de San Andrés en California. Estudios recientes, como el mencionado anteriormente, sugieren que los eventos más significativos están relacionados con las mareas mensuales, específicamente durante la luna nueva y la luna llena.
Estudios adicionales y sus implicaciones
Investigaciones complementarias han encontrado que el número de grandes terremotos aumenta durante estos períodos lunares especiales. Este hallazgo proporciona una nueva perspectiva sobre cómo la dinámica lunar podría influir en la actividad sísmica de la Tierra.
Es importante considerar que aunque se ha demostrado una correlación entre las mareas y los sismos, esto no implica necesariamente una relación causal directa en todos los casos. Hay muchos factores que influyen en la ocurrencia de terremotos, y la gravedad lunar podría actuar como un desencadenante en ciertas condiciones, pero no es el único factor en juego. Para comprender más sobre la estructura del planeta que puede influir en esto, visita la estructura de la Tierra.
La necesidad de continuar investigando esta relación es crucial. La comprensión de cómo la gravedad de la Luna puede influir en los terremotos podría ser un paso fundamental hacia el desarrollo de métodos de predicción más efectivos, lo que podría salvar vidas en regiones propensas a terremotos.
¿Qué opinan los expertos?
Expertos en geología, como Honn Kao, han destacado que este tipo de investigaciones ofrecen una nueva forma de abordar la complejidad de los fenómenos sísmicos. La posibilidad de que ciertos terremotos puedan preverse con antelación podría revolucionar nuestro enfoque hacia la seguridad en zonas sísmicamente activas.
Sin embargo, investigadores como Susan Hough del Servicio Geológico de EE. UU. han cuestionado la relación entre las fases lunares y los terremotos. Hough argumenta que, aunque hay patrones observables, estos a menudo son el resultado de coincidir aleatoriamente y no de una relación causativa directa. Asegura que la actividad sísmica puede ser manipulada por múltiples factores, y no únicamente por la influencia lunar.
Por lo tanto, aunque la investigación actual sugiere que podría haber una conexión significativa entre las mareas provocadas por la Luna y los grandes terremotos, es fundamental que se realicen más estudios para validar y entender completamente esta relación.
La Luna y su actividad sísmica
Además de influir en la actividad sísmica de la Tierra, la Luna en sí también experimenta terremotos, conocidos como «moonquakes». Estos eventos sísmicos lunares son un área de estudio activa, ya que pueden ofrecer información valiosa sobre la composición y la estructura interna de nuestro satélite natural.
Investigaciones han mostrado que la Luna se está encogiendo y sufre una significativa actividad sísmica, especialmente en su región polar. Estas observaciones son relevantes para la planificación de futuras exploraciones lunares, ya que pueden presentar desafíos para las misiones tripuladas programadas.