En varias zonas del país, el viento se ha convertido en protagonista de la actualidad meteorológica. Desde el archipiélago canario hasta el sur y el centro peninsular, las fuertes rachas, sumadas a temperaturas elevadas y polvo en suspensión, han obligado a activar diferentes niveles de alerta y adoptar medidas preventivas para evitar daños personales y materiales.
El viento no solo afecta al tráfico y la vida cotidiana, sino que incrementa el riesgo de incendios y dificulta la gestión de emergencias. Las autoridades han insistido en la importancia de seguir los consejos de autoprotección, especialmente ante fenómenos meteorológicos adversos que combinan altas temperaturas y rachas intensas.
Prealerta por viento en Canarias: zonas afectadas y medidas
La Dirección General de Emergencias del Gobierno de Canarias ha actualizado la prealerta por viento en todo el archipiélago, aplicando el Plan Específico de Emergencias (PEFMA) a partir de la tarde del 30 de junio. La decisión responde a los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología y otras fuentes, que anticipan rachas que pueden superar los 80 km/h en algunos puntos.
Además, la combinación de viento con altas temperaturas y riesgo de incendios forestales mantiene la alerta activa en varias islas, especialmente en Gran Canaria, donde persisten episodios de calor intenso.
Viento de levante persistente en Cádiz: calor y molestias
La llegada del verano ha traído consigo el temido levante a la provincia de Cádiz. Este viento cálido y seco, canalizado por el Estrecho de Gibraltar, ha dominado la costa gaditana, dificultando el día a día de los habitantes y turistas. Según las previsiones de la AEMET, el viento soplará de componente este-sureste con intensidad moderada y rachas puntualmente fuertes, superando en ocasiones los 30-40 km/h.
Desde el lunes siguiente se prevé una rotación de vientos hacia el suroeste, lo que podría suponer un leve alivio en la sensación térmica y la intensidad del viento en la región.
Incidencias por viento en el interior: Córdoba y Madrid
En la capital cordobesa, rachas de hasta 61 km/h han provocado la caída de ramas y antenas en distintos barrios, generando casi una decena de avisos al 112 en apenas una hora, aunque sin daños personales. Estas incidencias afectaron a vehículos estacionados y levantaron nubes de polvo, sumándose a los problemas causados por dos incendios simultáneos en el vertedero de Lobatón y un solar de la avenida Virgen de las Angustias, potenciados por el aire cálido y la calima.
En Madrid, la alerta roja declarada por AEMET ante el riesgo de tormenta seca y fuertes rachas de viento obligó al cierre temporal de parques emblemáticos como El Retiro y el Parque Lineal del Manzanares. Estos cierres preventivos, contemplados en el protocolo de emergencias municipal, se activan para evitar accidentes derivados de la caída de ramas o elementos inestables durante episodios de viento, protegiendo así a los visitantes y trabajadores de las zonas verdes.
Consejos y recomendaciones ante el viento fuerte
Las autoridades insisten en la necesidad de adoptar medidas de prevención tanto en el ámbito doméstico como en los desplazamientos:
- Retirar o asegurar objetos en balcones, ventanas y azoteas que puedan ser arrastrados por el viento.
- Alejarse de andamios, carteles, árboles de gran porte y edificaciones en mal estado, especialmente durante rachas fuertes.
- Evitar circular por parques, zonas arboladas y lugares donde puedan producirse caídas de ramas u otros elementos.
- En caso de alerta por riesgo de incendios, no encender fuego, ni arrojar colillas u objetos inflamables en áreas forestales o agrícolas.
- Durante el calor intenso, abstenerse de hacer ejercicio físico en horas centrales y mantenerse hidratado, buscando espacios frescos y sombra.
Ante cualquier incidencia grave o emergencia, se recomienda contactar con el 112 para recibir asistencia inmediata.
Los episodios de viento registrados en las últimas jornadas han puesto a prueba la capacidad de reacción de servicios de emergencia y la preparación de la ciudadanía. Prealertas, avisos y recomendaciones buscan minimizar riesgos y evitar incidentes mayores, especialmente en situaciones en las que el viento se combina con altas temperaturas y riesgo de incendios, condiciones que pueden repetirse a lo largo del verano.