Con la Semana Santa 2025 a la vuelta de la esquina, el interés por saber qué nos deparará el tiempo durante estas fechas empieza a crecer tanto entre viajeros como entre organizadores de celebraciones religiosas y eventos al aire libre. Cada año, las vacaciones de primavera se convierten en una suerte de lotería climática, y aunque esta edición cae en pleno mes de abril —lo que podría sugerir temperaturas suaves—, las primeras predicciones meteorológicas invitan a la precaución. Para más información sobre el clima, puedes consultar nuestro mapa del tiempo.
Los meteorólogos ya empiezan a lanzar sus primeras estimaciones, y lo que se vislumbra en el horizonte no parece del todo alentador para quienes sueñan con días soleados. La atmósfera que se configurará sobre la Península Ibérica en esas fechas apunta a una tendencia volátil, fuertemente influida por factores climáticos globales que potencian la aparición de borrascas y lluvias intermitentes. Si deseas conocer más sobre el impacto de las borrascas, te recomendamos leer sobre la borrasca Nuria.
Un arranque de abril marcado por la inestabilidad atmosférica
Los primeros días de abril ya vienen mostrando síntomas de la variabilidad estacional. Según los expertos del portal Meteored, los modelos de predicción están comenzando a perfilar un escenario dominado por la presencia de masas de aire frío en niveles altos y una cresta atlántica que favorecería el descenso de sistemas frontales activos sobre nuestro país. Este patrón favorece el desplazamiento continuo de borrascas, lo que podría traducirse en un goteo persistente de lluvias a lo largo del territorio nacional. Para entender mejor cómo se forman estas situaciones, puedes leer acerca de la diferencia entre anticiclón y borrasca.
Estas condiciones forman parte de lo que los meteorólogos describen como una atmósfera energética. Con temperaturas más altas tanto en superficie como en altura —en aire, tierra y mar—, las nubes reciben un impulso adicional que facilita la formación de precipitaciones más frecuentes e intensas de lo habitual. Esta realidad se inscribe dentro de un contexto en el que los eventos extremos parecen ir ganando terreno año tras año.
El marzo que acabamos de dejar atrás ha sido un claro ejemplo de ello, con numerosos frentes cruzando el país uno tras otro, dejando acumulaciones de agua considerables y provocando incluso algunas incidencias menores en diversas comunidades. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha confirmado que se han recogido medias hasta 2,5 veces superiores a lo normal en varias áreas, lo que marca un precedente sobre lo que podríamos esperar en el inmediato futuro. Para más información sobre estas situaciones, consulta las advertencias de la AEMET.
Predicciones para los días centrales de la Semana Santa
De cara a los días centrales de la Semana Santa —que este año se celebra entre el 14 y el 20 de abril aproximadamente—, los modelos más recientes apuntan a la posible consolidación de esta tendencia húmeda. Las simulaciones actuales señalan que las probabilidades de lluvia estarán ligeramente por encima de la media durante ese periodo, especialmente en la mitad norte y zonas del interior de la Península, así como en ambos archipiélagos.
No obstante, desde Meteored se insiste en la precaución al interpretar estas previsiones, ya que todavía estamos en un margen temporal dentro del cual los patrones meteorológicos pueden cambiar de manera significativa. Aun así, los expertos coinciden en que se detecta una atmósfera activa, en la que los frentes no dejarán de llegar uno tras otro, favoreciendo situaciones de inestabilidad persistente durante varias jornadas. Esto resulta particularmente relevante en el contexto de las nubes nimbostratus, que pueden traer lluvias continuas.
También se baraja la posibilidad de alternancia entre lluvias y momentos de tregua, lo que resultaría en una Semana Santa de contrastes: mañanas soleadas que se tornan en tardes lluviosas, o incluso días enteros de cielos nublados sin precipitaciones destacables. Este comportamiento depende en gran medida del posicionamiento exacto de los centros de bajas presiones que circulen próximos a la península.
Las comunidades del noroeste, como Galicia, Asturias y Castilla y León, suelen ser las primeras en recibir los coletazos de los frentes atlánticos, y esta vez no parece que vaya a ser una excepción. También se anticipan lluvias en puntos del centro peninsular y del sistema ibérico, e incluso se vislumbran chubascos esporádicos en regiones del sureste y litoral mediterráneo, donde habitualmente reina un clima más benigno en estas fechas. Para más detalles sobre el impacto de las borrascas, puedes leer sobre la borrasca Laurence.
En cuanto a las islas, tanto Baleares como Canarias podrían registrar un abril más húmedo de lo habitual, aunque de una manera más localizada y dispersa. En el caso del archipiélago canario, influido por masas de aire subtropical, las precipitaciones no se esperan tan persistentes, aunque sí se incrementa la posibilidad de nubosidad y episodios aislados de lluvia en algunas islas.
La intensidad de las lluvias es otra de las incógnitas. Aunque no se espera un despliegue de fenómenos severos generalizados, los expertos no descartan precipitaciones localmente intensas, sobre todo durante el paso de los frentes más activos. En este sentido, es probable que se produzcan episodios de tormenta con aparato eléctrico en ciertas zonas durante las tardes. Para entender más sobre estos fenómenos, puedes leer sobre las nubes cumulonimbus.
Fiabilidad baja pero tendencia clara: tiempo cambiante y húmedo
Aunque las predicciones meteorológicas a medio y largo plazo tienen un margen de error considerable, los meteorólogos coinciden en que las señales predominantes apuntan hacia un escenario meteorológico muy dinámico. A esto hay que sumar un contexto global que favorece la inestabilidad debido a factores como el calentamiento de las aguas oceánicas y la mayor energía disponible en la atmósfera. Si quieres saber más sobre cómo el cambio climático está afectando a estos fenómenos, visita nuestro artículo sobre el cambio drástico de tiempo en España.
Por tanto, lo más prudente es prepararse para una Semana Santa marcada por los cambios continuos en el cielo, donde la lluvia puede aparecer casi sin avisar. La recomendación general es mantener la atención puesta en los boletines oficiales, como los de AEMET, y verificar las actualizaciones frecuentes, especialmente si se tienen planes al aire libre.
Esto no quiere decir que las vacaciones vayan a estar completamente pasadas por agua, pero sí que las posibilidades de que varios días aparezcan marcados por las precipitaciones son altas. Así que no está de más contar con un chubasquero o paraguas en la maleta, junto a las gafas de sol. La primavera es así de caprichosa.
Todo indica que la Semana Santa 2025 estará marcada por un tiempo cambiante, con alta probabilidad de lluvias y una atmósfera activa que traerá consigo sucesivas borrascas. Las predicciones, aunque todavía sujetas a variaciones, reflejan una continuidad del patrón húmedo que ya se hizo notar con fuerza en marzo. Mantenerse informado y ser flexible en los planes será clave para disfrutar de estas vacaciones, sin dejar que unos cuantos chubascos alteren demasiado los ánimos.