El simulacro anual de terremoto moviliza a California

  • Más de 10,3 millones de personas practicaron 'agacharse, cubrirse y agarrarse' en todo el estado.
  • Un sismo real de magnitud 3,1 cerca de Berkeley ocurrió poco antes del ejercicio.
  • San Diego activó un remolque sísmico y reunió a 980.458 inscritos; LA y Orange sumaron 4,1 millones.
  • USGS advierte de alta probabilidad de grandes terremotos y refuerza recomendaciones de preparación.

Simulacro anual de terremoto en California

California volvió a parar durante unos instantes para el Great California ShakeOut, el simulacro anual de terremotos marcado a las 10:16 a. m.. La cita reunió a más de 10,3 millones de inscritos y llegó con un inesperado telonero: un temblor real de magnitud 3,1 cerca de Berkeley que se registró apenas minutos antes del ejercicio.

La jornada, celebrada cada tercer jueves de octubre como International ShakeOut Day, busca que hogares, escuelas y empresas practiquen el gesto ‘agacharse, cubrirse y agarrarse’ para reducir lesiones y reaccionar con rapidez. Con un enfoque práctico y de andar por casa, el objetivo es que la población automatice pautas sencillas cuando el suelo empiece a moverse.

Participación y desarrollo del ejercicio

El seguimiento fue masivo: en California se contabilizaron más de 10,3 millones de inscripciones, con 4,1 millones en los condados de Los Ángeles y Orange y 980.458 en el condado de San Diego. El ShakeOut se realiza desde 2008 y, aunque el año pasado superó los 10,6 millones, la participación se mantiene entre las más altas del mundo.

A la hora señalada, y durante aproximadamente un minuto, familias, centros educativos, agencias públicas y empresas detuvieron su actividad para ensayar qué hacer durante un terremoto. La consigna fue clara: moverse lo menos posible, proteger la cabeza y refugiarse bajo un mueble robusto o junto a paredes interiores lejos de objetos que puedan caer.

En San Diego se implicaron múltiples administraciones y servicios: municipios como Imperial Beach, National City, Oceanside, Santee y Solana Beach, además del Departamento de Parques y Recreación, la Oficina de Servicios de Emergencia (OES) del condado y la Biblioteca Pública. También participaron distritos escolares y campus universitarios como UC San Diego, San Diego State University y la Universidad de San Diego, entre otros.

La tecnología también tuvo su papel. La app MyShake difundió un aviso de prueba poco después del temblor real, simulando un evento de M 4,5 cercano a Berkeley, como parte del entrenamiento de alertas tempranas que complementa los simulacros presenciales.

Ejercicio de preparación ante terremotos en California

Un temblor de verdad y la memoria sísmica

Según el USGS, el sismo registrado por la mañana tuvo su epicentro a unos 1,6–2 kilómetros al este de Berkeley y se produjo alrededor de las 9:23, sin daños relevantes ni heridos. Este tipo de movimientos menores puede generar réplicas, a veces comparables en magnitud al evento principal, por lo que conviene no bajar la guardia.

En pleno centro de San Francisco, efectivos del cuerpo de bomberos compaginaron el ejercicio con llamadas de vecinos preocupados por la sacudida. Un teniente, Julio Escobar, relató que intentó localizar a sus hijos en distintos puntos de la ciudad para verificar que estaban bien, y subrayó que la formación continua marca la diferencia cuando toca actuar.

La fecha también rozaba el aniversario del terremoto de Loma Prieta (1989), de magnitud 6,9, que se saldó con decenas de fallecidos, graves daños en miles de edificios y el colapso parcial del puente San Francisco–Oakland Bay. Ese recuerdo refuerza el valor de los simulacros y de los mapas de peligrosidad que ayudan a planificar respuestas eficaces.

Tras el temblor leve, los equipos del USGS siguieron recopilando datos para ajustar la magnitud y actualizar los mapas públicos de intensidad del sacudimiento, herramientas clave para evaluar el impacto y, pese a los avances científicos, mejorar la preparación comunitaria.

Riesgo sísmico y cómo prepararse mejor

Las probabilidades mantienen la presión: el USGS estima un 99% de opciones de que California sufra un terremoto de M 6,7 o superior antes de 2044; en el condado de San Diego se calcula un 93% de probabilidad de un gran evento en los próximos 50 años, y la falla de Rose Canyon concentra alrededor de un 18% de posibilidades de M 6,7+ en tres décadas.

Autoridades locales y estatales recomiendan prepararse para ser autosuficiente 72 horas tras un desastre: botiquín, medicación esencial, alimentos no perecederos y agua (un galón por persona y día), además de una radio a pilas, linternas y baterías de repuesto.

También es fundamental que propietarios e inquilinos sepan cómo cerrar el gas en caso de fuga, revisar anclajes de muebles altos y asegurar objetos que puedan caer o desplazarse durante un temblor.

Qué no hacer cuando empieza a temblar, según Earthquake Country Alliance:

  • No quedarse en el marco de la puerta: no es más seguro que otras zonas y no protege de objetos que caen o salen despedidos.
  • No correr al exterior: el terreno inestable y la caída de escombros aumentan el riesgo de lesiones.
  • No aplicar el ‘Triángulo de la Vida’: priorice el protocolo probado de agacharse, cubrirse y sujetarse.

El sur de California registra en torno a 10.000 terremotos al año, recuerda el USGS. Desde 2015, la ciudad de Los Ángeles impulsa refuerzos estructurales bajo la Ordenanza 183893 para reducir riesgos en edificios vulnerables durante sacudidas fuertes.

Actividades y escenarios de referencia

En el condado de San Diego, la OES estatal llevó un remolque sísmico a Waterfront Park entre las 6:00 y 13:00 para que la ciudadanía experimentara una simulación de hasta M 7,0. Además, se ofreció información sobre alertas tempranas, pautas de preparación y recomendaciones que pueden salvar vidas.

Los escenarios de ShakeOut.org se centran en un posible evento de M 7,8 en el extremo sur de la falla de San Andrés: se contemplan miles de víctimas (alrededor de 2.000 fallecidos), decenas de miles de heridos y daños que superarían los 200.000 millones de dólares, con cientos de réplicas y una intensidad notablemente mayor a la del sismo de Northridge de 1994.

Con un temblor real como aviso y una participación que abarca desde colegios hasta administraciones y empresas, el Great ShakeOut vuelve a dejar claro que la preparación sísmica es un esfuerzo compartido: practicar hoy los gestos adecuados y afinar los planes de emergencia puede marcar la diferencia cuando llegue el próximo grande.

Falla de San Andrés
Artículo relacionado:
California en Alerta: El Riesgo de un Terremoto Inminente y Preparativos Esenciales