El planeta está en continuo desarrollo. Las grandes piezas de puzzle que lo forman, lo que llamamos placas tectónicas, llevan en movimiento prácticamente desde el principio de los tiempos. Esto es algo con lo que el ser humano debe convivir. Cada día se producen muchísimos sismos en todo el mundo; afortunadamente, sólo son unos pocos los que se llegan a sentir.
Uno de los potencialmente destructivos del presente siglo podría producirse en Chile, un país donde suele ser habitual que se produzcan algunos de los más serios.
Un equipo de científico chilenos y franceses han llegado a esa conclusión en un estudio publicado en la revista »Earth and Planetary Science Letters». El próximo »terremoto del siglo» podría originarse en la ciudad de Valparaíso, situada a unos cien kilómetro de Santiago de Chile. Con una magnitud mínima de 8,3 puntos en la escala de Richter, podría ser un evento especialmente peligroso para los que se encuentren en ese momento en el país.
Chile es un país donde los terremotos potencialmente destructivos ocurren con bastante frecuencia. En nuestra historia reciente, cabe destacar el que se produjo el 22 de mayo de 1960 en Valdivia, que tuvo una magnitud de 8,5, el 11 de marzo de 2010 en Pichilemu, también con una magnitud de 8,5 puntos en la escala de Richter, o el 16 de septiembre del 2015 en Coquimbo con una magnitud de 8,4. Pero, ¿por qué se producen tantos en esta parte del mundo?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en las propias placas tectónicas, en concreto, a la placa de Nazca y a la Sudamericana. La primera converge bajo la segunda a un ritmo de unos ocho centímetros al año, de modo que surge una brecha de 4,5 metros que se compensa cada 70 años, lo que provoca que surjan estos terremotos tan peligrosos.
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