El impacto del granizo en Estados Unidos: análisis y casos recientes en Texas, Kansas y zonas afectadas

  • El granizo de gran tamaño ha provocado daños excepcionales en Texas, Kansas y otras regiones, afectando viviendas, vehículos y cultivos.
  • Innovaciones como el análisis de actividad eléctrica mejoran la detección de granizadas y la gestión de reclamaciones de seguros.
  • Las alertas meteorológicas y la coordinación entre organismos son claves para minimizar riesgos y daños a la población durante estos episodios.

Granizo en Estados Unidos

En los últimos años, las tormentas de granizo han adquirido protagonismo en Estados Unidos, especialmente en áreas como Texas, Kansas y otras regiones del centro y sur del país. Las intensas precipitaciones, combinadas con la aparición de granizo de grandes dimensiones, han provocado no sólo importantes daños materiales, sino también un número creciente de rescates, cancelaciones de vuelos y situaciones de riesgo para la población. Comprender el fenómeno del granizo, cómo se detecta y cuál es su impacto real en distintos estados norteamericanos, resulta fundamental para evaluar estrategias de prevención y reacción ante eventos meteorológicos severos.

Este artículo ofrece un análisis minucioso de los recientes episodios de granizo, describiendo los tipos de tormentas más frecuentes, los métodos actuales para detectar granizadas —desde tecnología satelital hasta el análisis de actividad eléctrica— y los efectos directos de este fenómeno en la vida de los estadounidenses. A través de casos concretos y datos recientes, se abordan la magnitud de los daños, las áreas más afectadas y el papel de los organismos meteorológicos en la emisión de alertas y avisos a la ciudadanía.

Tipos de tormentas y formación del granizo

El granizo es el resultado de un conjunto de procesos atmosféricos complejos que ocurren dentro de distintos tipos de tormentas. En el corazón de estos fenómenos se encuentran las denominadas tormentas convectivas, que pueden presentarse bajo varias modalidades:

  • Tormentas ordinarias: Se caracterizan por una escasa organización y suelen surgir de manera puntual, especialmente en los días más cálidos. Aunque suelen ser de corta duración y percibidas como menos intensas, pueden producir granizo en áreas limitadas.
  • Tormentas multicelulares: Estas tormentas agrupan varias células individuales, cada una evolucionando de forma algo independiente. A menudo, se observan nuevas formaciones mientras otras se disipan, permitiendo una actividad persistente sobre una zona amplia. El granizo generado por estas tormentas puede variar mucho en tamaño e intensidad.
  • Líneas de borrasca: Consisten en agrupaciones lineales de tormentas que se forman a lo largo de frentes o vaguadas. Se desplazan rápidamente y pueden recorrer grandes distancias, generando fuertes vientos y granizo de manera extensa. Un fenómeno particular dentro de esta categoría es el ‘derecho’, especialmente destructivo y asociado a impactos significativos.
  • Supercélulas: Son tormentas aisladas, altamente organizadas y de larga duración, alimentadas por intensas corrientes ascendentes. Su característica distintiva es la rotación interna, conocida como mesociclón. Aunque suelen relacionarse más con tornados, las supercélulas también son responsables de arrojar el granizo de mayor tamaño observado en Estados Unidos.

En la mayoría de los casos de granizo severo en Texas, Kansas y Missouri, las tormentas responsables han sido líneas de borrasca o supercélulas, donde se han reportado piedras de gran tamaño como pelotas de golf, béisbol o incluso softbol. Este tamaño extraordinario provoca daños en tejados, ventanas y vehículos, e incluso riesgos de lesiones graves o fatales para las personas.

Casos recientes de granizo en Estados Unidos: Texas, Kansas y otras regiones

Durante los meses de primavera y comienzos del verano, Estados Unidos suele afrontar una secuencia de tormentas severas que afecta principalmente a los estados del sur, el valle del Misisipi y las llanuras centrales. Los registros más recientes hablan de semanas enteras de actividad ininterrumpida, en las que el granizo de gran tamaño ha sido protagonista, junto con fuertes vientos y lluvias torrenciales.

Un episodio destacado se produjo en la primavera de 2025, cuando una serie de sistemas tormentosos afectó amplias zonas de Texas, Oklahoma, Kansas y Missouri. Según el Servicio Nacional de Meteorología (NWS) y la NOAA, hasta 69 millones de personas estuvieron expuestas al riesgo de granizo, vientos extremos, tornados e inundaciones. Entre los incidentes más notables:

  • Texas: Se documentaron granizadas con piedras de hasta 12,7 centímetros de diámetro, especialmente en localidades como Guthrie. Allí, el impacto fue tal que se reportaron daños severos en casas, automóviles y tendidos eléctricos. Además, las ráfagas de viento superaron los 170 km/h en áreas cercanas a Seymour, agravando la peligrosidad de las tormentas.
  • Kansas y Missouri: Tormentas nocturnas dejaron granizo de tamaño comparable a una manzana o una bola de softbol. Las alertas del Servicio Meteorológico Nacional pidieron resguardo inmediato a los residentes, y el tránsito en las principales autopistas —como la Interestatal 70— se vio interrumpido por la acumulación de granizo en la carretera.
  • Pensilvania y Oklahoma: Aunque no son el foco principal del eje Texas-Kansas, en este periodo también se registraron muertes vinculadas a la caída de árboles y accidentes por inundaciones, resaltando que el impacto del granizo va de la mano de otros riesgos asociados a las tormentas severas.

Estos datos muestran que la combinación de granizo, fuertes vientos y lluvias no sólo causa trastornos logísticos como la cancelación de vuelos —en ciudades como Dallas-Fort Worth se contabilizaron más de 900 cancelaciones en una sola jornada—, sino que también pone en jaque la seguridad de miles de hogares y negocios, dejando sin electricidad a cientos de miles de personas.

Cómo se detecta y analiza el granizo: innovaciones y retos

Granizo de gran tamaño

La detección precisa de episodios de granizo es un reto tanto para los meteorólogos como para las aseguradoras responsables de evaluar reclamaciones por daños. Tradicionalmente, la observación directa y la recolección de pruebas físicas han sido los métodos principales; sin embargo, la tecnología moderna ha traído nuevas herramientas para mejorar la fiabilidad de los diagnósticos. Para entender mejor este proceso, puedes consultar cómo se forma el granizo en este artículo sobre su formación.

Un caso paradigmático es el uso de datos de rayos para inferir la presencia de granizo. Las tormentas de granizo suelen ir acompañadas de alta actividad eléctrica, especialmente con un aumento abrupto en la frecuencia de descargas —fenómeno conocido como lightning jump—. El análisis de la tasa de descargas detectadas mediante redes de sensores, como la ENTLN (Earth Networks Total Lightning Detection Network), permite:

  • Identificar áreas de actividad eléctrica intensa dentro de un radio específico (por ejemplo, cinco kilómetros desde el centro de un campo)
  • Correlacionar estos picos eléctricos con el registro de granizadas informadas por los afectados
  • Verificar con mayor precisión la fecha y localización de una posible granizada, resolviendo disputas o dudas en reclamaciones de seguro agrícola

Gracias a este método, se logró validar la ocurrencia de granizo en ocho de nueve campos analizados durante diferentes veranos recientes. La eficacia de la red ENTLN, con tasas de detección superiores al 95% para rayos nube-tierra y más del 60% en rayos intranube, refuerza la utilidad de este enfoque. Cuando no se registra suficiente actividad, la probabilidad de una granizada tiende a ser muy baja.

Sin embargo, persisten dificultades: la presencia de nubes densas puede dificultar la observación satelital directa del suelo, y la información aportada por cámaras locales o testigos no siempre es inmediata ni suficiente. Además, la fecha oficial del evento reportado por los afectados no siempre coincide exactamente con el pico de actividad eléctrica, lo que añade complejidad a los procesos de verificación.

Daños asociados al granizo y respuesta de las autoridades

Mapas de detección de granizo

Las consecuencias del granizo son muy variadas y afectan tanto a infraestructuras públicas como privadas. Cuando se producen piedras de gran tamaño, los daños pueden ser devastadores:

  • Viviendas y edificios: Tejados, ventanas y terrazas resultan especialmente vulnerables a piedras grandes. Las aseguradoras suelen recibir oleadas de reclamaciones tras cada granizada, y en muchos casos es necesario realizar inspecciones detalladas para determinar el nivel de afectación. Puedes profundizar en estos daños en el análisis de un caso real en El Ejido.
  • Vehículos: Son blancos habituales, con parabrisas, carrocerías y lunas abolladas o rotas. En incidente recientes se han reportado imágenes de coches completamente inutilizados en cortos periodos de tiempo.
  • Instalaciones eléctricas: Tanto el tendido como subestaciones eléctricas han presentado cortes masivos debido al impacto directo de granizo acompañado de vientos extremos, dejando a decenas de miles de familias y negocios a oscuras, especialmente en estados como Texas y Pensilvania.
  • Agricultura: Los campos de trigo, cebada y girasol han visto cómo hectáreas enteras eran destruidas en cuestión de minutos, complicando la evaluación de siniestros y la respuesta de las aseguradoras ante reclamaciones por daños.

Además de los daños materiales, la seguridad de las personas es una prioridad. El granizo de gran tamaño puede provocar lesiones severas. Las autoridades recomiendan resguardarse en interiores y alejarse de ventanas cuando se emiten alertas por tormenta intensa. En eventos recientes en Kansas y Missouri, el Servicio Meteorológico Nacional llegó a calificar el riesgo como potencialmente letal si se recibe un impacto directo de una piedra grande.

El tráfico rodado, especialmente en las principales carreteras interestatales, se ha visto afectado por la acumulación de granizo, provocando parones y múltiples accidentes. Las operaciones de rescate y evacuación son comunes en Oklahoma y Texas, donde también se han registrado cierres completos de tramos de autopistas debido a inundaciones repentinas y granizadas.

Alertas meteorológicas, riesgos y factores agravantes

Daños por granizo en vehículos y viviendas

Cada vez que se aproxima un episodio de granizo, los organismos meteorológicos estadounidenses emiten alertas tempranas para advertir de los posibles peligros a los ciudadanos. Entre las medidas adoptadas se incluyen:

  • Alertas de nivel 2 y 3 (en una escala de 5): En los recientes eventos de abril y mayo, más de 31 millones de personas estuvieron bajo este tipo de aviso en áreas clave como el centro de Kansas, oeste de Oklahoma y norte-centro de Texas.
  • Alertas específicas por inundaciones: El Servicio Meteorológico Nacional y la NOAA suelen emitir alertas de hasta 3 de 4 en riesgo de inundaciones, especialmente en los valles de los ríos Rojo y Misisipi, agravando los riesgos asociados al granizo.
  • Recomendaciones de protección: Se enfatiza la importancia de no circular durante tormentas, resguardar vehículos y evitar cualquier intento de cruzar zonas inundadas. Incluso pequeñas acumulaciones de agua en movimiento pueden ser peligrosas, según advierte el NWS.

La interacción entre el granizo, los vientos fuertes y las lluvias intensas genera situaciones de riesgo elevado. Un ‘frente estancado’, junto a perturbaciones atmosféricas provenientes de las Montañas Rocosas, ha sido causa de los sistemas tormentosos más persistentes, desplazando las amenazas desde Texas y Oklahoma hacia el Valle de Ohio y los Grandes Lagos a medida que avanzan los días.

El granizo y el cambio climático: tendencias recientes

Expertos y organismos como NOAA y AccuWeather han señalado que el aumento en la frecuencia e intensidad de las tormentas severas parece estar relacionado con las alteraciones del clima global. Los estudios recientes muestran un incremento claro de lluvias extremas y episodios de granizo de dimensiones extraordinarias, sobre todo en los últimos años.

Además, la duración y extensión de los episodios tormentosos ha aumentado, como demuestra la racha reciente de nueve días consecutivos de tormentas severas en primavera de 2025. Este fenómeno, considerado inusual en décadas anteriores, evidencia la necesidad de actualizar los protocolos de protección y la infraestructura urbana y rural para enfrentar una amenaza en evolución.

La combinación de factores meteorológicos, tecnológicos y humanos convierte al granizo en un reto creciente, tanto para la seguridad de la población como para la resiliencia económica de las regiones afectadas. La coordinación entre organismos de emergencia, científicos y aseguradoras, junto con la adopción de tecnologías modernas en la detección de tormentas, será crucial para mitigar el impacto del granizo en el futuro.

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