La idea de que las obras humanas pueden modificar la rotación de la Tierra puede sonar a ciencia ficción, pero la realidad es que existen pruebas científicas que lo demuestran. Gracias al estudio y seguimiento de la Rotación terrestre en China, uno de los mayores proyectos de ingeniería del siglo XXI, la comunidad científica ha detectado alteraciones mínimas pero medibles en la velocidad y el eje del giro de nuestro planeta.
La NASA ha confirmado que el peso colosal de esta infraestructura y el enorme volumen de agua almacenado han provocado, entre otros efectos, un adelanto del día terrestre en 0,06 microsegundos y el desplazamiento del eje de rotación unos dos centímetros. Aunque son cifras aparentemente insignificantes para el ciudadano de a pie, este hallazgo destaca cómo actividades humanas, a gran escala, pueden ejercer influencia sobre procesos planetarios que siempre se han considerado inmutables.
¿Cómo altera la presa la rotación planetaria?
La clave está en la redistribución de la masa. El principio físico detrás de este fenómeno es sencillo pero contundente: al concentrar una enorme cantidad de agua —calculada en más de 39.000 millones de metros cúbicos— a considerable altura sobre el nivel del mar, se modifica el momento de inercia de la Tierra. Esto es comparable al efecto que tiene un patinador al estirar o encoger los brazos para cambiar la velocidad de su giro. Así, la rotación se ralentiza o acelera dependiendo de cómo se distribuye el peso respecto al eje del planeta.
El geofísico Benjamin Fong Chao y otros expertos del Centro de Vuelo Espacial Goddard han insistido en que la acumulación de tal volumen de agua en la presa no solo genera energía hidroeléctrica y protección frente a inundaciones, sino que también afecta la dinámica global de la Tierra. El almacenamiento en altura del agua eleva el radio medio del planeta en esa zona, lo que a su vez ralentiza mínimamente el giro debido al aumento del momento de inercia.
Consecuencias ambientales y sociales de las megaconstrucciones
Más allá de la rotación, la Presa de las Tres Gargantas ha significado un profundo cambio medioambiental y humano en la región. Obra de referencia global, no solo ha proporcionado energía renovable y control de inundaciones, sino que también ha desplazado a más de 1,3 millones de personas y ha alterado de forma irrevocable el ecosistema del Yangtsé. La influencia en la rotación del planeta se suma a la lista de impactos.
De hecho, aunque fenómenos naturales como el gran tsunami de 2004 también modificaron la rotación de la Tierra de manera más evidente y brusca, lo llamativo en el caso de la presa es la capacidad de una infraestructura creada por el ser humano para generar consecuencias planetarias.
El debate sobre los límites de la intervención humana
Los resultados de la investigación sobre la Presa de las Tres Gargantas han provocado que la comunidad científica y tecnológica reflexione sobre hasta dónde pueden llegar los efectos colaterales de nuestras obras de ingeniería. A día de hoy, estos cambios son prácticamente imperceptibles para la vida diaria, pero sirven como advertencia sobre la huella que dejan los grandes proyectos sobre el equilibrio natural del planeta.
La conclusión de la NASA y de otros equipos de investigación es rotunda: cualquier evento, tanto natural como artificial, que mueva grandes masas de agua o tierra, puede alterar la rotación terrestre. Este principio abre la puerta a seguir estudiando cómo otras megainfraestructuras —presas, extracciones mineras, urbanización a gran escala— podrían tener un efecto similar, invitando a la cautela y a la reflexión sobre el alcance real de la acción humana a escala global.
Los datos disponibles muestran que, aunque el nivel de afectación es minúsculo, la combinación de múltiples intervenciones podría derivar en efectos acumulativos a largo plazo. La historia de la presa china subraya que ninguna acción humana en el planeta es completamente neutral. Cada decisión estructural deja una huella, sea visible o, como en este caso, solo detectable gracias a los desarrollos de la geofísica moderna.