El huracán Helene: uno de los más devastadores en los últimos 50 años en Estados Unidos

Imagen del huracán Helene

El huracán Helene ha golpeado Estados Unidos con una fuerza devastadora, convirtiéndose en uno de los fenómenos meteorológicos más mortales de las últimas cinco décadas. Con más de 160 fallecidos hasta ahora, su impacto ha sido especialmente fuerte en varios estados del sureste, donde las autoridades continúan trabajando contrarreloj para llevar ayuda a las zonas más afectadas. Esta cifra de víctimas ya coloca a Helene como el segundo huracán más letal en el territorio continental de Estados Unidos en los últimos 50 años, solo superado por el tristemente célebre huracán Katrina.

Helene ha dejado un rastro de destrucción en seis estados de la nación, donde Carolina del Norte ha sido el lugar más afectado, con al menos 77 muertos confirmados. Georgia, Florida y Carolina del Sur también han sufrido severas inundaciones y cortes de electricidad, afectando gravemente a la población. Equipos de rescate todavía buscan supervivientes en las Montañas Blue Ridge, uno de los puntos más devastados por la tormenta.

El huracán tocó tierra en el noroeste de Florida como una tormenta de categoría 4, con vientos superiores a los 220 km/h. Tras su entrada en el continente, Helene fue perdiendo fuerza, pero sus incesantes lluvias provocaron desbordamientos de ríos, destruyendo carreteras y aislando comunidades enteras. Esas lluvias torrenciales afectaron principalmente a los estados de Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Tennessee, que todavía luchan por recuperarse.

El impacto en las víctimas

Daños causados por el huracán Helene

La devastación causada por el huracán ha sido particularmente trágica en Carolina del Norte. Según las autoridades locales, el número de muertos asciende a 77 en ese estado, mientras que Carolina del Sur ha registrado 36 víctimas mortales. Georgia ha sufrido 25 decesos, Florida 17, Tennessee 9 y Virginia ha contabilizado 2 fallecimientos. Todas estas cifras constatan la magnitud del desastre que Helene ha desatado desde su paso por la región.

Además de las pérdidas humanas, el huracán ha dejado una importante secuela en infraestructuras y viviendas. Numerosas zonas residenciales han quedado completamente anegadas, con miles de personas que han perdido sus hogares. Los equipos de rescate han estado trabajando sin descanso para despejar las carreteras y restablecer el suministro eléctrico, a fin de llegar a los que aún permanecen atrapados en áreas aisladas o incomunicadas.

Respuesta de las autoridades

Las autoridades locales y federales han movilizado recursos rápidamente para hacer frente a la catástrofe. El presidente Joe Biden ha hablado con los gobernadores de los estados afectados para coordinar la entrega de ayuda. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, aseguró que la prioridad era salvar vidas y promover la reconstrucción de las áreas más devastadas. Asimismo, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, ha confirmado que la respuesta de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ha sido “rápida y efectiva”.

Los equipos de emergencia han desplegado todos los recursos disponibles para rescatar a los afectados y continuar con las labores de reconstrucción. Sin embargo, algunos sectores se encuentran completamente inaccesibles debido a la destrucción masiva de las carreteras.

Pese a las adversidades, también ha habido críticas hacia la gestión de esta emergencia. Algunos líderes políticos han intentado usar la tragedia como un arma política, lo que ha generado controversia. En particular, el expresidente Donald Trump ha sido objeto de críticas por politizar la tragedia y difundir información inexacta sobre la respuesta del gobierno ante el huracán.

Comparación con otros huracanes

Restos de un área afectada por el huracán

Helene ya está siendo comparado con algunos de los huracanes más destructivos de la historia reciente de Estados Unidos. Katrina sigue encabezando la lista de los más mortíferos, con más de 1.800 muertes confirmadas cuando azotó Nueva Orleans y otras áreas del sureste en 2005. No obstante, Helene ha superado a otros huracanes devastadores en términos de víctimas, como el huracán Ian, que dejó alrededor de 150 muertes en 2022, o el huracán Harvey, que también causó importantes estragos en Texas en 2017.

Este fenómeno meteorológico ha reavivado el debate sobre el impacto del cambio climático en el aumento de la fuerza e intensidad de los huracanes. Según expertos, las temperaturas más cálidas del océano pueden estar contribuyendo a que los huracanes sean más destructivos y frecuentes.

Helene ha dejado una dolorosa lección: la capacidad de destrucción de los huracanes sigue siendo inmensa, y la necesidad de planes de evacuación y prevención más efectivos es vital para mitigar los efectos de estos desastres naturales en el futuro.

En conjunto, Helene se ha convertido en una tormenta emblemática de la última década, no solo por su alto número de víctimas, sino también por la vasta destrucción material que ha ocasionado. Las comunidades afectadas se enfrentan ahora al complejo proceso de reconstrucción, mientras el país intenta digerir el impacto de uno de los huracanes más letales de la historia reciente.


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