El alarmante derretimiento del hielo en el Ártico durante el invierno

  • El hielo del Ártico se está derritiendo incluso durante el invierno.
  • Se prevé que para mediados de siglo, el aumento de la temperatura media alcance entre 4 y 5 grados.
  • Las olas de calor y tormentas extremas están interrumpiendo el crecimiento del hielo marino.
  • El cambio climático tiene consecuencias globales que afectan a toda la humanidad.

Deshielo en el Ártico

A pesar de lo que muchos podrían pensar, el hielo del Ártico se derrite en invierno. Según los datos más recientes del Centro Nacional para la Nieve y el Hielo (NSIDC), el mes de enero concluyó con tan solo 13,06 millones de kilómetros cuadrados de hielo, lo que representa una disminución de 1,36 millones de km² en comparación con el período de referencia de 1981 a 2010. Esta reducción señala una tendencia alarmante sobre la estabilidad de la cubierta de hielo en el Ártico.

Las temperaturas en esta región se han elevado a niveles preocupantes, lo que hace previsible que en un futuro el Ártico pueda quedarse sin su cobertura de nieve. La situación se ha vuelto tan crítica que durante el invierno, tradicionalmente el periodo de consolidación del hielo, el aumento de las temperaturas ha llevado a estimaciones que sugieren que el Ártico podría enfrentar un ciclo de deshielo casi continuo. Esto se alinea con la información sobre el mínimo histórico de hielo marino en la Antártida.

Deshielo del Ártico

Durante los meses invernales, el océano Ártico ha registrado temperaturas al menos 3 grados centígrados por encima del promedio. En áreas como los mares de Kara y Barents, este aumento ha llegado hasta los 9ºC. En el lado del Pacífico, las temperaturas han sido aproximadamente 5ºC más altas que las de épocas anteriores, aunque Siberia ha experimentado temperaturas más bajas, hasta 4ºC por debajo de lo normal. Esta situación se refleja en estudios que indican que el deshielo del Ártico está afectando la dieta de los osos polares.

Esta situación climática puede atribuirse a patrones de circulación atmosférica que introducen aire más cálido del sur en la región, además de la liberación de calor a la atmósfera desde aguas abiertas. La presión del nivel del mar ha sido más alta de lo habitual en el centro del Ártico, facilitando el movimiento de aire caliente desde Eurasia hacia esta zona. Esta interacción ha resultado en un deshielo que no solo es estacional, sino que se presentan indicios de un cambio estructural en el ecosistema del Ártico.

Los climatólogos advierten que, si las tendencias actuales persisten, se espera que para mediados de siglo, la temperatura media aumente entre 4 y 5 grados. Este incremento representa el doble del aumento para el hemisferio norte en general. En cuanto a la cobertura del hielo, las proyecciones indican que para la década de 2030, la extensión de hielo podría reducirse a menos de 1 millón de kilómetros cuadrados durante los meses de verano, lo que implicaría consecuencias devastadoras para especies emblemáticas como los osos polares. Los datos disponibles sobre el mínimo histórico del hielo del Ártico respaldan estas proyecciones preocupantes.

El hielo del Ártico se derrite en invierno

El cambio climático es el principal motor detrás de esta reducción de hielo, no solo por el aumento de las temperaturas del aire, sino también debido al calentamiento de las aguas del océano. Investigaciones recientes sugieren que la temperatura del océano ha superado la influencia del aire en el proceso de derretimiento del hielo marino. Este fenómeno se traduce en la desaparición de aproximadamente un metro de espesor de hielo marino cada año, una proyección alarmante cuando se considera que el hielo en el Polo Norte típicamente tiene varios metros de grosor. Esta situación es similar a la que se observa en el deshielo del permafrost ártico, que también contribuye al calentamiento global.

Las aguas templadas, que a veces se denominan heat blobs, provienen del Atlántico y se desplazan al norte a través de la Corriente del Golfo. Este fenómeno ha causado la desaparición significativa de hielo marino invernal frente a la costa norte de Noruega y noroeste de Rusia. En regiones más al este, el agua cálida suele quedar estratificada, aislada de la superficie por capas de agua más frías, aunque la tendencia es que esta burbuja de calor se extienda más cerca de la superficie, amplificando su impacto sobre el hielo marino.

Las corrientes en la parte superior del océano Ártico han ido en aumento, contribuyendo a un ciclo de mayores temperaturas marinas y al debilitamiento de los límites entre las capas de agua fría y caliente. Esto ha permitido que más agua caliente llegue a la superficie, intensificando la desaparición del hielo marino. Además, eventos climáticos extremos, como olas de calor y tormentas, están afectando la estabilidad del océano Ártico. Así mismo, las investigaciones muestran que el deshielo Larsen C provoca inestabilidad que puede tener repercusiones globales.

Derretimiento del Ártico

El efecto albedo juega un papel crucial en este proceso. El hielo marino, al ser blanco, refleja gran parte de la luz solar, mientras que el agua oscura expuesta absorbe la energía solar, contribuyendo a un calentamiento adicional. Este ciclo de retroalimentación provoca que, a medida que el hielo marino se derrite, las temperaturas del agua de la superficie aumentan, lo que posteriormente calienta aún más la atmósfera. Estas dinámicas son esenciales para entender cómo el derretimiento del Ártico impacta el sistema climático global.

Las consecuencias de un Ártico sin hielo son complejas y graves, afectando tanto a los ecosistemas locales como al clima global. Se prevé que un derrumbe de hielo marino generará condiciones climáticas más extremas, influyendo en patrones de tormentas y aumentando la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos en latitudes medias. La erosión de costas también se ve intensificada, con impactos socioeconómicos que se harán cada vez más evidentes.

Si la comunidad internacional no toma medidas drásticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es probable que experimentemos un Ártico libre de hielo durante la mayor parte del año para el 2100. No obstante, si se cumplen los objetivos del Acuerdo de París y se limita el aumento de la temperatura global a 1,5°C, se podría mitigar este desastre, aunque la ventana de oportunidad está cerrándose rápidamente. En este contexto, resulta crítico observar el video que muestra cómo se ha derretido el hielo del Ártico.

Consecuencias del derretimiento del Ártico

La situación del hielo marino en el Ártico es una emblemática y preocupante representación de los efectos del cambio climático. La interconexión de los componentes del clima, desde el aire hasta el agua, se hace más evidente a medida que las temperaturas continúan aumentando. La pérdida de hielo marino no solo representa un cambio en el ecosistema del Ártico, sino que también tiene implicaciones a escala global que afectan a todos, desde el nivel del mar hasta los patrones climáticos. Delegados de todo el mundo deben trabajar juntos para abordar este problema urgente, puesto que el futuro del planeta depende de ello.

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