Desde tiempos inmemoriales, la idea del fin del mundo ha cautivado la imaginación humana. Ya sea en mitos, religiones o en la cultura popular, la noción de un evento catastrófico que ponga fin a nuestra existencia ha sido muy hablado y temido. Ha sido hasta tal punto que existen numerosas películas y teorías sobre el fin del mundo. ¿Tendrán razón los científicos acerca de las predicciones sobre el fin del mundo o estarán equivocados?
En este artículo vamos a contarte cuáles son las principales teorías e información que existe sobre el fin del mundo.
El fin del mundo desde el punto de vista científico
Cuando hablamos del fin del mundo desde una perspectiva científica, nos adentramos en terrenos donde los peligros son reales pero también se plantean soluciones potenciales. Uno de los escenarios más mencionados es el cambio climático. El calentamiento global causado por las actividades humanas ha generado preocupación mundial debido a sus efectos sobre el clima, los ecosistemas y la vida en la Tierra. Si no se toman medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, podríamos enfrentar consecuencias devastadoras, como el aumento del nivel del mar, sequías extremas y eventos climáticos cada vez más destructivos.
Otro escenario científico preocupante es el riesgo de una pandemia global. La reciente crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto nuestra vulnerabilidad ante la propagación de enfermedades altamente infecciosas. Aunque hemos logrado desarrollar vacunas efectivas y mejorar nuestras capacidades de respuesta, siempre existe la posibilidad de que surja un nuevo patógeno que supere nuestras defensas y provoque una devastadora crisis sanitaria mundial.
Además, existe la preocupación por eventos cósmicos como impactos de asteroides. Aunque la probabilidad de un impacto catastrófico es baja, el riesgo persiste y los científicos están trabajando en la detección y desviación de asteroides potencialmente peligrosos.
Otra de la formas del fin del mundo es una guerra nuclear. La posibilidad de un conflicto nuclear a gran escala sigue siendo una amenaza real. El acceso a armas nucleares y la tensión entre países continúan siendo preocupantes desde el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania. Un conflicto nuclear a gran escala podría tener consecuencias devastadoras para la civilización humana y el medio ambiente, causando una destrucción generalizada y a largo plazo.
El fin del mundo desde una perspectiva filosófica
Más allá de los escenarios científicos, el fin del mundo también ha sido tema de reflexión filosófica a lo largo de la historia. Algunas escuelas de pensamiento argumentan que el fin del mundo no se refiere necesariamente a la destrucción física del planeta, sino a un cambio fundamental en la condición humana.
Desde esta perspectiva, el fin del mundo puede verse como la pérdida de los valores humanos esenciales, la degradación del medio ambiente, la destrucción de la diversidad cultural o la pérdida de la empatía y la solidaridad. Estas visiones filosóficas plantean la posibilidad de que el fin del mundo sea un proceso gradual, una pérdida progresiva de lo que nos hace humanos, en lugar de un evento repentino y catastrófico. Se puede decir que es más pérdida de la humanidad que el fin del mundo como tal, puesto que el planeta Tierra puede seguir funcionando sin el ser humano ya que somos una especie más.
Formas posibles según Harvard
Según un estudio reciente de la Universidad de Harvard, se pronostica que el fin del mundo ocurrirá de manera similar a su comienzo: con una explosión masiva. Las predicciones anteriores han sugerido que la destrucción de la Tierra podría ocurrir a través de eventos como una guerra nuclear, una enorme colisión de meteoritos o un desvanecimiento gradual en la oscuridad.
Sin embargo, los científicos ahora creen que la desestabilización de una partícula llamada bosón de Higgs, responsable de la masa de toda la materia, es todo lo que se requiere para este evento catastrófico. Si bien se estima que este evento explosivo tendrá lugar dentro de unos 11 mil millones de años, es poco probable que alguno de nosotros esté presente para presenciarlo. A menos que los avances científicos permitan que seamos congelados y despertados siglos después, en cuyo caso debemos tener cuidado. Cuando la ola desestabilizadora surta efecto, dará como resultado una colosal burbuja de energía que vaporizará y aniquilará todo a su paso, incluidos aquellos que puedan haber colonizado Marte.
Hay algunas preocupaciones entre los físicos de que el proceso ya haya comenzado. La parte preocupante es que es posible que nunca sepamos exactamente cuándo se acerca el final a menos que seamos capaces de localizar la escurridiza «Partícula de Dios» en nuestro vasto universo. Además, existe una gran posibilidad de que ocurran eventos catastróficos como la quema y explosión del Sol antes de este día del juicio final.
Cuando el sol se apague
La posibilidad de que el apocalipsis ocurra más temprano que tarde se cierne sobre nosotros. Se trata del momento en que la estrella que ilumina nuestro mundo se extinga. Si bien se desconoce el momento exacto de este evento, en 2015, el telescopio espacial Kepler pudo capturar los restos de un sistema solar por primera vez, brindándonos una idea de lo que nuestro propio futuro puede deparar en los años venideros.
Los investigadores que lideran la misión han descubierto los restos de un planeta rocoso en estado de descomposición, que gira alrededor de una enana blanca, que es el núcleo en llamas que queda de una estrella una vez agotada su capacidad nuclear y su combustible. Según un estudio publicado en la revista ‘Nature’, la disminución regular del brillo de la enana blanca, que cae un 40% cada cuatro horas y media, es un claro indicio de varios fragmentos rocosos de un planeta en deterioro que orbita en un movimiento en espiral a su alrededor.
Una vez que se agote el combustible de hidrógeno del Sol, los elementos más densos, como el helio, el carbono o el oxígeno, se encenderán y se expandirán rápidamente, lo que culminará con el desprendimiento de sus capas externas y la creación de una estrella enana blanca de tamaño comparable al núcleo de la Tierra. Como resultado, destruirá nuestro mundo, así como a Venus y Mercurio.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre los diferentes escenarios sobre el fin del mundo que nos espera.