La Antártida es un continente tan frĂo que son muy pocas las personas que han podido visitarlo, siendo aĂşn menos los afortunados que han pisado uno de sus glaciares, como el Thwaites, ubicado en la parte occidental del continente. Uno de los pocos que ha tenido este privilegio es Knut Christianson, glaciĂłlogo de la Universidad de Washington (Estados Unidos), quien se dedica a estudiarlo para poder predecir quĂ© consecuencias tendrá su deshielo a nivel global.
Lo que ha descubierto hasta la fecha parece más una historia apocalĂptica que una realidad, pero lo cierto es que da mucho que pensar. SegĂşn Ian Howat, glaciĂłlogo de Ohio, «si va a haber una catástrofe climática, lo más probable es que comience en el Thwaites». Pero, Âżpor quĂ©?
El hielo de la Antártida se funde de manera similar a un castillo de naipes; es decir, se mantiene estable hasta que es empujado. Aunque este proceso no ocurrirá de un dĂa para otro, en cuestiĂłn de dĂ©cadas, la pĂ©rdida del glaciar Thwaites desestabilizará al resto del hielo de la parte occidental del continente. Una vez que lo haga, pondrá en peligro a todos aquellos que vivan a menos de 80 kilĂłmetros de la costa, lo que significa que casi la mitad de la poblaciĂłn mundial se verá afectada.
Las proyecciones sugieren que el nivel del mar podrĂa aumentar hasta tres metros en muchas partes del mundo, y hasta cuatro en áreas costeras como Nueva York o Boston.

ÂżCuánto falta para que esto ocurra? En este momento, el continente, que solĂa estar en reposo, «ahora se está moviendo», apuntĂł Mark Serreze, director del Centro Nacional de Nieve y Datos de Hielo de los Estados Unidos. En el año 2002, la plataforma de hielo Larsen B se derritiĂł, contribuyendo a que los glaciares que tenĂa detrás fluyeran hacia el mar hasta ocho veces más rápido que antes. Una situaciĂłn similar podrĂa ocurrir con la plataforma Larsen C, que presenta una grieta de 160 kilĂłmetros. Además, el deshielo de Larsen C es una preocupaciĂłn creciente, y está vinculado a la inestabilidad general del hielo en la regiĂłn.
Según simulaciones realizadas por Eric Rignot de la NASA y Ian Joughin de la Universidad de Washington, el proceso de desestabilización ya está en marcha en el glaciar Thwaites.
La Antártida no solo se enfrenta al desafĂo del deshielo de sus glaciares, sino que tambiĂ©n se está viendo afectada por el aumento de las temperaturas. Investigaciones recientes han demostrado que el hielo marino invernal de la Antártida ha alcanzado su rĂ©cord más bajo, un millĂłn de kilĂłmetros cuadrados por debajo de los niveles de 2022, un tamaño mayor que el de Egipto, segĂşn el Programa Ambiental de las Naciones Unidas.
Estos cambios han tenido un fuerte impacto en la fauna local. “Debido a la rápida reducción del hielo marino, los pingüinos emperador experimentaron un fracaso reproductivo sin precedentes el año pasado, lo que representa una grave amenaza para el ecosistema antártico”, advirtió la entidad. Las imágenes satelitales obtenidas por el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de los Estados Unidos muestran que la extensión máxima del hielo que rodea a la Antártida ha alcanzado el punto más bajo jamás registrado.
El rĂ©cord previo se habĂa establecido en 1986, cuando la extensiĂłn máxima anual del hielo de la Antártida llegĂł a 17.99 millones de kilĂłmetros cuadrados. En septiembre de 2023 se registrĂł una extensiĂłn máxima anual de solo 16.96 millones de kilĂłmetros cuadrados. La pĂ©rdida de hielo marino es alarmante y requiere atenciĂłn urgente.
Los expertos subrayan que el deshielo de la Antártida Occidental y la correspondiente subida del nivel del mar que acarreará es ya «inevitable». Sin embargo, un estudio señala que, manteniendo el calentamiento global por debajo de 1.5 grados, este proceso se producirĂa menos rápidamente, dando a las comunidades costeras hasta 50 años para adaptarse. Para entender mejor esta problemática, puedes visitar el artĂculo sobre lo que ocurre cuando se derrite el hielo en la Antártida.
Las simulaciones realizadas por el British Antarctic Survey (BAS) indican que el deshielo de la capa occidental de la Antártida y la consiguiente subida del nivel del mar ya no es una cuestión de «si», sino de «con qué rapidez». Los autores, Kaitlin Naughten, Paul Holland y Jan De Rydt, han utilizado un superordenador nacional del Reino Unido para realizar estas proyecciones. En el mejor de los casos, con un aumento de la temperatura global de solo 1.5 grados por encima de los niveles preindustriales, el deshielo aumentará tres veces más rápido que durante el siglo XX, lo que implicará una subida del nivel del mar de unos cinco metros a nivel global, afectando a millones de personas que viven cerca de la costa.
Además, el deshielo antártico no solo acelerará la subida del nivel del mar, sino que tambiĂ©n alterará las principales corrientes oceánicas que regulan el clima mundial y tendrá un impacto negativo en la Antártida Oriental, donde se almacena alrededor del 90% del hielo de este continente. Esto podrĂa llevar a cambios climáticos severos, con consecuencias globales. Por lo tanto, el deshielo de la Antártida se encuentra en un estado crĂtico que afecta a todos.
SegĂşn Naughten, «nuestros datos indican que hemos perdido el control del deshielo de la capa de hielo de la Antártida occidental. Para haberla conservado en un estado similar al que tenĂa hace dĂ©cadas, habrĂa sido necesario haber actuado sobre el cambio climático hace años». Sin embargo, el hecho de que podamos predecir esta situaciĂłn con antelaciĂłn proporciona a la humanidad más tiempo para adaptarse a la subida del nivel del mar que se avecina, lo que es vital para preparar a las comunidades.
La clave está en la reacciĂłn de las comunidades costeras. Con 50 años de anticipaciĂłn para adaptarse, existe una oportunidad considerable para mitigar los daños. Esto puede incluir la reubicaciĂłn de poblaciones vulnerables y la reforma de infraestructuras crĂticas en áreas propensas a inundaciones. AĂşn, esto no elimina la necesidad de reducir las emisiones para evitar que los efectos del cambio climático sean aĂşn más extremos.
Un aspecto especialmente alarmante del deshielo de la Antártida es cĂłmo está cambiando la ecologĂa de la regiĂłn. A medida que el hielo se derrite, se están formando lagos de agua dulce en áreas que anteriormente estaban cubiertas por glaciares. Estos lagos pueden influir en la forma en que el agua fluye en el continente y hacia el mar, lo que podrĂa modificar las corrientes oceánicas y, en consecuencia, el clima global. Para profundizar en este efecto, te invitamos a leer sobre la formaciĂłn de lagos azules en la Antártida.
Los cambios en la ecologĂa tambiĂ©n están afectando la fauna y la flora. Con el aumento de las temperaturas, especies como los pingĂĽinos, focas y otros animales que dependen del hielo marino están siendo severamente afectados. La desapariciĂłn de su hábitat natural puede llevar a la extinciĂłn de varias especies y a un desequilibrio en el ecosistema antártico. La situaciĂłn es preocupante y requiere atenciĂłn urgente.
El cambio de color en la Antártida tambiĂ©n ha sido objeto de estudio. Investigaciones recientes han indicado que la PenĂnsula Antártica está experimentando un aumento en su cobertura vegetal, un fenĂłmeno impresionante que refleja el impacto del cambio climático. En 1986, la cobertura vegetal era de menos de un kilĂłmetro cuadrado, y en la actualidad ha crecido a casi 12 kilĂłmetros cuadrados. Este aumento es en su mayorĂa musgo, acompañado por lĂquenes y especies adaptadas al frĂo extremo.

Los cientĂficos han señalado que el aumento de la temperatura en la regiĂłn ha sido más rápido que el promedio mundial, lo que permite que la vegetaciĂłn prospere en un entorno histĂłricamente inhĂłspito. Este fenĂłmeno no solo es un cambio paisajĂstico, sino que tambiĂ©n trae repercusiones ecolĂłgicas significativas. La formaciĂłn de suelo a partir de la descomposiciĂłn de la materia vegetal abre la puerta a la colonizaciĂłn por otras plantas y potencialmente, especies invasoras. Esto podrĂa alterar drásticamente la biodiversidad local y la dinámica ecolĂłgica de la regiĂłn.
El aumento de la cobertura vegetal tambiĂ©n afecta el albedo de la regiĂłn, es decir, su capacidad para reflejar la luz solar. Las superficies oscuras absorben más energĂa solar, lo que podrĂa acelerar el calentamiento local y global. Este aspecto es crucial a la hora de abordar el cambio climático desde mĂşltiples ángulos, incluyendo la conservaciĂłn de ecosistemas frágiles y el manejo de especies invasoras.
La Antártida se enfrenta a un futuro incierto, pero la informaciĂłn recopilada por los cientĂficos proporciona una base para la acciĂłn. La cooperaciĂłn internacional es crucial para abordar estos desafĂos, y la implementaciĂłn de polĂticas efectivas será esencial para mitigar los efectos del cambio climático en la regiĂłn. Sin duda, entender el deshielo en la Antártida es fundamental para proteger nuestro planeta.
Es imperativo que tomemos acciĂłn ahora. No solo para proteger la Antártida, sino para preservar la integridad de nuestro planeta. La sensibilidad de la vegetaciĂłn en la PenĂnsula Antártica al cambio climático es ahora evidente, y en el futuro, con el calentamiento antropogĂ©nico, podrĂamos ser testigos de cambios fundamentales en la biologĂa y el paisaje de esta regiĂłn icĂłnica y vulnerable.
