El calentamiento global está provocando un derretimiento de los casquetes polares y ello desencadena un aumento del nivel del mar. Son muchas las ciudades costeras que, de seguir el nivel del mar aumentando, se quedarán sin nada de costa. Las personas que se tienen que desplazar o migrar a otras zonas debido a este aumento del nivel del mar o por otras causas relacionadas con el aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos (como huracanes, inundaciones, sequias…) son llamados refugiados climáticos.
Se estima que para el año 2100, unas dos mil millones de personas (esto será para entonces una quinta parte de la población mundial) podrían convertirse en refugiados climáticos a causa de, principalmente, el aumento del nivel de los océanos.
Cambio climático y refugiados
Son millones y millones las personas que viven en ciudades costeras que son cada vez más amenazadas por fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes, las inundaciones y el aumento del nivel del mar causados por el cambio climático. Estas personas que tienen su vida, su familia, amigos, trabajo y demás, se ven obligadas a desplazarse a otras zonas del interior más seguras y habitables durante mayor tiempo.
Se ha realizado un estudio en la Universidad de Cornell que afirma que vamos a tener cada vez más personas en un mundo con menos terrenos y que esto ocurrirá más pronto de lo que pensamos.
Con el aumento del nivel del mar, todas las personas que habitan en las zonas costeras tendrán que migrar hacia zonas más seguras del interior. Por otro lado, la población mundial no hace más que crecer cada año. Por lo que todo esto conlleva a tener que albergar cada vez más población en menos territorio habitable. Charles Geisler es profesor emérito de sociología del desarrollo en la Universidad de Cornell y explica que el aumento del nivel del mar en un futuro no se va a desarrollar de una manera progresiva, sino que puede que comience a aumentar muy deprisa. A pesar de estas predicciones cada vez más exactas de la comunidad científica, los políticos no están haciendo balance de las importantes barreras de entrada que los refugiados del clima costero, al igual que otros refugiados, encontrarán cuando emigren a tierras más altas.
Predicciones de futuro
Según los informes de las Naciones Unidas, se espera que la población mundial aumente a 9.000 millones de personas para el año 2050 y a 11.000 millones para el año 2100. Sin embargo, tendremos menos terreno cultivable, menos espacio donde desarrollar a la población y el aumento del nivel del mar destruirá muchas zonas cultivables, como deltas fluviales, zonas fértiles, etc. Y todo ello llevará a la gente a tener que buscar nuevos lugares para vivir.
Aproximadamente, 2.000 millones de personas podrían ser refugiados climáticos para el año 2100. Las fuerzas colisionantes de la fertilidad humana, sumergiendo las zonas costeras, el retiro residencial y los impedimentos para el reasentamiento en el interior son un problema enorme. Para entonces existirán muchos problemas a gran escala como los refugiados climáticos, guerras por los recursos naturales, disminución de la productividad del planeta, se necesitarán zonas para poder almacenar gases de efecto invernadero que compensen la fusión del permafrost y la deforestación, etc. Las predicciones son un tanto lúgubres para el futuro que nos espera a las generaciones presentes.
El documento describe soluciones tangibles y adaptaciones proactivas en lugares como Florida y China, que coordinan las políticas de uso de la tierra costeras e interiores en previsión de los cambios de población inducidos por el clima. Florida tiene la segunda costa más larga de todo Estados Unidos y se ha planteado un éxodo costero que viene reflejado en la Ley de Planificación Integral del estado.
Ya no solo es la elevación del mar lo que preocupa, sino que también otros fenómenos extremos como los huracanes o las tormentas tropicales pueden empujar el agua del mar hacia el interior. Históricamente, los seres humanos han dedicado un esfuerzo considerable a recuperar tierras de los océanos, pero ahora viven con lo contrario: los océanos recuperan los espacios terrestres del planeta