¿Alguna vez has mirado al cielo y te has encontrado con algo fuera de lo habitual? Los fenómenos meteorológicos insólitos han fascinado a la humanidad desde hace siglos, alimentando tanto la curiosidad científica como el imaginario popular. Entre leyendas, crónicas antiguas y estudios modernos, la atmósfera nos regala eventos tan extraños como hermosos, capaces de hacernos dudar de lo que vemos.
En este artículo te llevaremos de viaje por los fenómenos meteorológicos más extraños de la historia. Desde lluvias que parecen salidas de un relato de terror hasta espectaculares ilusiones ópticas en el firmamento, aquí descubrirás cómo la naturaleza puede sorprender incluso a los expertos. ¿Preparado para asombrarte con la fuerza y el misterio del clima?
Los tres soles: el fenómeno del parhelio
Ver tres soles alineados en el horizonte no es una fantasía, sino uno de los efectos ópticos más impresionantes de la atmósfera. Este fenómeno, conocido como parhelio, ocurre cuando la luz solar se refracta y refleja en los pequeños cristales de hielo que flotan en nubes altas del tipo cirros o cirriformes. Los dos soles «falsos» se ven a ambos lados del sol real, generalmente formando un ángulo de 22 grados.
El parhelio es más común en países fríos, especialmente cuando las temperaturas son muy bajas. Puede verse acompañado de un círculo luminoso, el círculo parhélico. Incluso existe una variante nocturna, denominada paraselene, en la que la luna parece multiplicarse en el cielo. Aunque sucede con mayor frecuencia de lo que pensamos, muchas veces pasa desapercibido porque evitamos mirar directamente al sol. Los testimonios de este curioso fenómeno se remontan a épocas antiguas, y todavía hoy sigue asombrando tanto a científicos como a quienes tienen la fortuna de presenciarlo.
Lluvia de sangre: cuando el cielo tiñe la tierra de rojo
Imagina salir a la calle y encontrar que la lluvia que cae es de un intenso color rojo, como si el cielo sangrara. La llamada lluvia de sangre ha desconcertado a la humanidad desde tiempos remotos, llegando a ser interpretada como un mal augurio en obras clásicas como la Ilíada de Homero. Durante siglos se creyó que esta lluvia contenía sangre verdadera, alimentando supersticiones y leyendas.
Sin embargo, la verdadera explicación está en el polvo del desierto del Sáhara. Cuando las tormentas levantan partículas de arena, estas viajan miles de kilómetros transportadas por el viento hasta encontrarse con lluvias en otras regiones. Al mezclarse, el agua adquiere un tono rojizo o marrón, y una vez seca, deja una fina capa de polvo sobre coches, tejados y aceras.
No es un fenómeno exclusivo de Europa o el Mediterráneo; episodios de lluvia roja se han documentado en lugares tan distantes como India, por ejemplo, en Kerala durante el año 2001. También se han registrado variantes, como la llamada lluvia roja en Zamora causada por la presencia de microalgas.
El rayo globular: la esfera eléctrica inexplicable
El rayo globular, conocido también como rayo en bola o centella, figura entre los fenómenos eléctricos más desconcertantes de la meteorología. Se manifiesta como una esfera luminosa que aparece durante tormentas, con un diámetro entre 10 y 40 centímetros. Aunque se han documentado relatos de su aparición desde hace mucho tiempo, la ciencia aún debate sobre su naturaleza y origen exacto.
Su movimiento es imprevisible: puede flotar en el aire, desplazarse en líneas rectas, seguir formas espirales o incluso permanecer inmóvil. En ocasiones va acompañado de zumbidos, desprende un olor a ozono, azufre y óxidos, e incluso es capaz de causar daños materiales considerables. Se le atribuye la capacidad de quemar objetos, abrir agujeros y evaporar agua o metales. En cuanto a colores, puede ser blanco, azul, verde, rojo o amarillo, y puede aparecer y desaparecer de forma explosiva.
El rayo globular es especialmente raro en la península ibérica, pero ha sido avistado y documentado en varias ocasiones. Sin duda, uno de los fenómenos más inquietantes y fascinantes de nuestro planeta.
El Fuego de San Telmo: luces azules en medio de la tormenta
Este fenómeno tiene nombre de leyenda, pero se apoya en una explicación física muy concreta. El Fuego de San Telmo es una descarga eléctrica luminiscente, normalmente de color azul o violeta, que aparece en objetos metálicos puntiagudos expuestos a un fuerte campo eléctrico durante tormentas. Suele verse en el extremo de mástiles de barcos, pararrayos, torres o chimeneas, y en ocasiones ha sido observado hasta en los cuernos del ganado.
En realidad, se trata de una ionización del aire por electricidad estática, provocando un pequeño destello de plasma visible. Durante siglos, los marineros interpretaban estas luces como señales divinas o presagios, cuando en realidad anunciaban la cercanía de una tormenta eléctrica y, potencialmente, la caída de rayos.
El fenómeno también puede darse cuando aviones atraviesan nubes altamente cargadas eléctricamente o incluso cerca de volcanes en erupción. La cultura popular lo ha recogido en numerosas obras, como la novela Moby Dick, donde se describe este espectacular suceso.
Espectros, halos y otras ilusiones ópticas extraordinarias
La atmósfera, al interactuar con la luz solar y las condiciones específicas, puede generar ilusiones ópticas tan extrañas y sorprendentes que han dado pie a historias de fantasmas y criaturas míticas. Entre ellas destacan los siguientes fenómenos:
- Pilares de luz: Columnas verticales luminosas que surgen sobre fuentes de luz naturales o artificiales, causadas por el reflejo en cristales de hielo de nubes altas. Pueden verse de colores diferentes en función de la fuente de luz.
- Espectro de Brocken: Sucede en montañas o lugares elevados cuando una persona se encuentra en lo alto, el sol a su espalda y hay niebla o nubes bajas delante. La sombra aparece proyectada sobre la niebla, rodeada por un halo de luz con los colores del arcoíris, creando la ilusión de una figura gigante rodeada de una aureola.
- Fata Morgana: Un espejismo producido por la inversión de temperatura, que deforma y multiplica la imagen de objetos lejanos, haciendo parecer barcos flotantes o castillos en el aire.
Clouds que parecen de otro planeta: Nubes lenticulares, asperatus y morning glory
No todas las nubes son iguales. Algunas adoptan formas tan extrañas que parecen sacadas de un relato de ciencia ficción. Entre las más asombrosas encontramos:
- Nubes lenticulares: Con su forma de platillo abombado o lenteja, se forman principalmente en zonas montañosas debido a ondulaciones del aire. Muchas veces se las ha confundido con ovnis por su aspecto insólito y su gran tamaño.
- Nubes asperatus: Recogidas oficialmente por la Organización Meteorológica Mundial en 2015, estas formaciones presentan un aspecto ondulado y tétrico en el cielo, como si fueran olas marinas en el aire. No suelen estar asociadas a lluvias o tormentas, pero su presencia es verdaderamente espectacular.
- Morning glory: Singular nube en forma de rollo que puede medir hasta 1.000 kilómetros de largo y desplazarse a gran velocidad. Es típica del Golfo de Carpentaria, en Australia, donde las condiciones de humedad y el choque de brisas marinas la hacen posible. Los parapentistas y aficionados al vuelo la consideran un espectáculo único.
Lluvias de peces, ranas y otras rarezas: cuando el cielo lanza animales
Entre los fenómenos más curiosos, la lluvia de animales ocupa un lugar destacado. A lo largo de la historia se han registrado episodios documentados en los que peces, ranas, e incluso elementos aún más sorprendentes, han caído literalmente del cielo. ¿Cómo sucede esto?
La explicación más aceptada es la acción de trombas marinas o tornados de agua. Estas potentes columnas de aire pueden succionar animales de ríos, lagos o mares y elevarlos a gran altura, transportándolos varios kilómetros antes de devolverlos en forma de lluvia. Se han dado casos en los que además de peces y ranas, han descendido del cielo trozos de carne, calamares, arañas e incluso peces gato. En ocasiones, la ciencia aún no ha encontrado una razón definitiva para algunos de los objetos caídos del cielo.
Nieve de colores: la nieve sandía o nieve rosa
Aunque estamos acostumbrados a la nieve blanca, en determinadas zonas y condiciones puede adoptar un tono rosado o rojizo, dando lugar a la llamada nieve sandía. Este espectáculo natural se produce por la presencia de una microalga llamada Chlamydomonas nivalis. Estas algas, adaptadas a temperaturas extremas, contienen un pigmento rojo llamado astaxantina que tiñe la nieve a su alrededor.
Cuando la radiación solar aumenta en primavera, las algas liberan esporas pigmentadas para protegerse, dando a la nieve un color especialmente intenso en la alta montaña. Además de su belleza, este fenómeno contribuye a que la nieve absorba más energía solar y se derrita más rápido, afectando la dinámica de los glaciares y los ecosistemas de montaña.
Remolinos de fuego y tornados extremos
Dentro de los fenómenos extremos, los remolinos de fuego –también conocidos como tornados de fuego– son de los más aterradores. Se forman cuando el aire caliente asciende con tal fuerza durante un incendio que comienza a girar, creando una columna ardiente capaz de alcanzar decenas de metros de altura. Si las condiciones son propicias, pueden llegar a medir hasta 300 metros y generar vientos de más de 160 km/h.
Aunque su duración suele ser breve, en situaciones extremas han causado grandes destrozos, como ocurrió en Japón en 1923 o durante la Segunda Guerra Mundial en Alemania. Estos tornados combinan la virulencia del fuego con la fuerza destructiva del viento, lo que los convierte en una amenaza temida en zonas afectadas por incendios forestales.
Reventón térmico y microrráfagas: el viento que sorprende y destruye
El reventón térmico es un fenómeno que ha ganado notoriedad en los últimos años, sobre todo por episodios extremos en festivales y eventos al aire libre. Consiste en el descenso súbito de una masa de aire cálido y seco desde las capas altas de la atmósfera, desencadenando ráfagas de viento intensas y muy calientes a ras de suelo. Esto suele ocurrir cuando la lluvia de una tormenta se evapora antes de llegar al suelo, enfriando el aire por evaporación y acelerando su caída.
Por su parte, las microrráfagas ocurren cuando el aire desciende bruscamente y se expande al tocar tierra, provocando vientos en todas las direcciones con una fuerza capaz de romper árboles, levantar objetos pesados y producir daños en infraestructuras. A diferencia de los tornados, que aspiran hacia arriba, las microrráfagas concentran toda su energía en el suelo.
Meteosunamis, trombas marinas y extraños remolinos
La variedad de fenómenos atmosféricos extraños no termina en tierra firme. Entre los sucesos marítimos más destacados se encuentra el meteotsunami o rissaga, muy conocido en las Islas Baleares. Se trata de variaciones abruptas del nivel del mar, similares a un tsunami pero causadas por cambios atmosféricos y vientos intensos, que pueden provocar subidas de hasta dos metros en pocos minutos.
Las trombas marinas, también llamadas mangas de agua, son torbellinos que se forman sobre la superficie del mar y pueden succionar agua y pequeños animales, dándoles un aspecto impresionante. Existen también remolinos en tierra, como las tolvaneras (polvo y arena), tubas (nubes-embudo que descienden de una nube convectiva) y vórtices de racha, conocidos como gutsnado, todos capaces de levantar grandes cantidades de material y sorprender a quienes los observan.
Donuts o rodillos de nieve: esculturas naturales efímeras
En contadas ocasiones, la conjunción de nieve húmeda, temperaturas cercanas a la congelación y viento fuerte da lugar a los rodillos de nieve, también conocidos como «donuts de nieve». Se forman cuando el viento arrastra pequeñas bolas de nieve por pendientes suaves, haciendo que rueden y acumulen capas, hasta terminar con formas que parecen un donut o un cilindro hueco. Estos objetos, tan efímeros como fascinantes, son verdaderamente únicos y sorprenden a quienes los encuentran.
Vientos bramadores, aulladores y rugientes: el rugido de la atmósfera
En el hemisferio sur, los marineros han puesto nombres tan expresivos como «los 40 rugientes», «los 50 furiosos» y «los 60 bramadores» para describir los vientos extremos que dominan esas latitudes. Estas corrientes de aire, famosas por su intensidad y peligro para la navegación, forman parte del folclore marítimo y han sido registradas en numerosas obras literarias. El sonido del viento y el mar en esas regiones más australes sigue siendo uno de los espectáculos más sobrecogedores de la meteorología.
La meteorología nunca deja de sorprender. Desde lluvias insólitas hasta verdaderos prodigios ópticos y remolinos de fuego, la atmósfera terrestre está llena de secretos por descubrir. Muchos de estos fenómenos siguen rodeados de misterio y alimentan la fascinación humana por el cielo. La observación de estos sucesos, ya sea por casualidad o a través de la historia, nos recuerda la complejidad y el poder de la naturaleza, así como nuestra posición privilegiada para seguir asombrándonos ante sus maravillas.
