Las últimas horas dejan un respiro: las precipitaciones de DANA Alice van a menos y solo Aragón, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Baleares mantienen avisos activos, con el archipiélago balear en nivel naranja por chubascos que pueden alcanzar los 50 l/m² en 60 minutos, según Aemet.
En el resto del país los avisos han decaído y se consolida una tregua meteorológica, si bien se mantiene la vigilancia por posibles aguaceros intensos y tormentas locales en el entorno mediterráneo mientras se restablecen servicios y accesos afectados por el temporal.
Baleares sigue en el foco del episodio

El archipiélago mantiene la alerta naranja en Mallorca y Menorca por tormentas y lluvias intensas, un episodio ligado a las DANA más adversas, con Ibiza y Formentera en nivel amarillo. La Delegación de Aemet anticipa que los chubascos más fuertes tenderán a concentrarse en ventanas horarias concretas, con menor extensión, pero sin descartar acumulados muy rápidos.
En Ibiza, los operativos han resuelto las principales incidencias de la red viaria (como los problemas en la EI‑800 hacia el aeropuerto) y se ha reforzado el achique de agua en sótanos, garajes y viales, con apoyo de la UME en los puntos más sensibles. Se pide evitar desplazamientos innecesarios y extremar la precaución en pasos inferiores y torrentes.
La previsión apunta a que las lluvias podrán persistir de forma irregular durante los próximos días, con periodos de mayor intensidad, especialmente en las Pitiusas, antes de que la situación se estabilice de forma más clara.
Cataluña: emergencias activas y recuperación en marcha

Protecció Civil mantiene el Inuncat en fase de emergencia en áreas del sur de Tarragona tras el episodio más virulento y el aviso rojo en Tarragona, con especial atención a Terres de l’Ebre (Montsià y Baix Ebre). Se contabilizan miles de llamadas al 112, rescates y cortes puntuales en carreteras como la C‑12 y vías secundarias, además de daños en caminos y cultivos.
Los Bombers y equipos municipales trabajan en el desagüe de calles, retirada de arrastres y limpieza de infraestructuras, apoyados por brigadas de voluntariado. Se han desplegado drones y maquinaria pesada para evaluar taludes y restituir accesos ante las inundaciones recientes, priorizando los núcleos con mayores afectaciones.
En el Corredor Mediterráneo, la afectación a la infraestructura entre Ulldecona y L’Aldea obligó a interrumpir temporalmente la circulación mientras Adif ejecuta reposición de balasto, revisa catenaria y señalización y reabre tramos con seguridad. Las conexiones se van normalizando de manera gradual.
La Generalitat ha anunciado primeras ayudas para municipios y particulares, así como líneas de financiación para reparar infraestructuras y apoyar al sector agrario, muy tocado en zonas de olivar y cítricos donde se han reportado daños de carácter excepcional.
Comunitat Valenciana y cuenca del Ebro: normalización y vigilancia

En la Comunitat Valenciana las lluvias tienden a remitir y solo Castellón conserva aviso amarillo por acumulados que, de forma local, podrían llegar a 30 l/h o 80 l/12h. Las autoridades informan de pocas incidencias relevantes y la ciudad de Valencia, así como la Universitat de València, han recuperado la actividad presencial, con recomendaciones de cautela en zonas inundables.
En la red ferroviaria, la interrupción entre tramos de Tarragona y Castellón se ha ido resolviendo conforme avanzaban las reparaciones. Se mantiene comunicación con viajeros afectados y se han habilitado alternativas en momentos puntuales, en función del estado de la infraestructura.
Hacia el norte, la Confederación Hidrográfica del Ebro mantiene la vigilancia por crecidas súbitas en barrancos y cauces menores, debido a la inestabilidad remanente y a la saturación del terreno. Se recuerda la importancia de no cruzar riadas, rieras o pasos bajos y seguir los canales oficiales.
La reserva de los embalses del Ebro se sitúa en torno al 53%, por encima del promedio de los últimos cinco años, aunque por debajo del pasado ejercicio. El organismo de cuenca insiste en la necesidad de coordinar la gestión de episodios extremos y la adaptación de infraestructuras.
El escenario evoluciona hacia una estabilidad relativa en amplias zonas, pero con avisos activos en el arco mediterráneo, donde no se descartan chubascos intensos de corta duración. Las administraciones mantienen dispositivos de emergencia y recuperación, y piden prudencia mientras se restablecen por completo carreteras, ferrocarril y servicios básicos.