COP29: La cumbre sobre cambio climático arranca en Bakú con un enfoque en la financiación y la urgencia de evitar una crisis global

  • La COP29 se celebra en Bakú, con la atención puesta en la financiación climática necesaria para luchar contra el cambio climático.
  • Se espera que los países ricos contribuyan significativamente para ayudar a las naciones más vulnerables.
  • La elección de la sede en un 'petroestado' genera críticas por su dependencia de los combustibles fósiles.
  • El calentamiento global sigue avanzando, con 2024 proyectado como el año más cálido registrado hasta ahora.

Imagen de la COP29 en Bakú

El mundo vuelve a poner sus esperanzas en una nueva cumbre del clima, esta vez, en Bakú, Azerbaiyán, donde ha comenzado la COP29. Esta cita, que se extenderá hasta el 22 de noviembre, promete ser clave para sentar las bases de una respuesta global al cambio climático. Sin embargo, un sentimiento de incertidumbre permea a lo largo de las primeras discusiones, sobre todo por la falta de compromisos concretos y la ausencia de figuras importantes como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros líderes de peso como Xi Jinping, lo que ha generado críticas y dudas sobre la efectividad del encuentro.

La financiación climática es, sin duda, el tema central de esta cumbre. Las naciones más afectadas por el cambio climático, sobre todo los países en desarrollo, esperan obtener un compromiso firme de los países más ricos para que les ayuden a combatir y adaptarse a los devastadores efectos que ya empiezan a ver en sus territorios.

La financiación, un desafío necesario

Imagen de la cumbre COP29

En Bakú, se busca definir cuál será la cantidad de dinero que se movilizará a partir de 2025 para financiar las acciones contra el cambio climático. El actual objetivo, establecido en 2009, era movilizar 100.000 millones de dólares anuales, una cifra que, aunque ambiciosa en su momento, no se alcanzó hasta 2022, y una parte significativa de estos fondos se ha entregado en forma de préstamos, lo que ha incrementado la deuda de muchos países en desarrollo.

Las demandas actuales son mucho más altas. Se estima que se necesitarán entre 1 y 2,4 billones de dólares anuales para hacer frente a la crisis climática de aquí a 2030. Los países en desarrollo, en particular los más vulnerables, insisten en que los fondos deben provenir de los países que más han contribuido históricamente a las emisiones de gases de efecto invernadero.

El secretario ejecutivo del área de cambio climático de la ONU, Simon Stiell, ha sido claro al señalar que la financiación climática “no es un acto de caridad, es una necesidad global”. La idea de que las naciones más ricas ayuden a las más vulnerables no solo es un acto de justicia climática, sino también una inversión en la estabilidad del planeta. Si no se actúa rápidamente, los eventos climáticos extremos se intensificarán, afectando a todos, sin importar la riqueza o la ubicación geográfica.

Una cumbre marcada por la geopolítica

COP29: Imagen de las reuniones

La elección de Azerbaiyán como sede de la COP29 ha generado controversias, principalmente porque el país es un “petroestado”, con su economía basada en el petróleo y el gas, lo que lo sitúa en clara contradicción con los esfuerzos para la transición hacia energías limpias. Más del 90% de las exportaciones de Azerbaiyán provienen de los combustibles fósiles, y su PIB depende en un 64% de estos recursos, lo que lo convierte en uno de los principales exportadores de gas en el mundo.

Además, el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, antiguo directivo de la petrolera estatal Socar, también ha sido objeto de críticas. La elección de Babayev y de Azerbaiyán para liderar esta cumbre ha levantado sospechas sobre la posible influencia de los intereses del petróleo y el gas en las negociaciones climáticas.

El peligro de un año sin precedentes

Alerta en COP29 por calentamiento

El último informe presentado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha añadido una nota de urgencia a las discusiones. Se espera que 2024 sea el año más cálido jamás registrado, y lo más preocupante es que este año podría ser el primero en el que la temperatura global promedio supere la barrera crítica de los 1,5 grados centígrados, el umbral que se busca evitar según el Acuerdo de París.

Este dato ha sido una “alerta roja” para los líderes mundiales y organizaciones no gubernamentales presentes en Bakú. Los efectos del calentamiento global ya se han dejado sentir con desastres naturales devastadores como las lluvias torrenciales recientes en Valencia y otras partes del mundo. Simon Stiell recordó a los presentes que “nadie es inmune a esta crisis”, y que los fenómenos climáticos extremos continuarán afectando tanto a los países ricos como a los pobres si no se toman acciones decisivas.

Un futuro incierto

Incertidumbre en la cumbre COP29

A pesar de la urgencia y la gravedad de la situación, la COP29 no ha estado exenta de tensiones y desencuentros. Las diferencias geopolíticas siguen presente en las mesas de negociación. A nivel internacional, existe preocupación sobre el papel que puede jugar Donald Trump, recientemente elegido presidente de Estados Unidos, y su conocida postura escéptica respecto al cambio climático. En su anterior mandato, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, lo que dejó un vacío significativo en los compromisos globales de reducción de emisiones.

La Unión Europea ha dejado claro que se espera que este tema sea central en las discusiones y ha hecho un llamamiento para que Estados Unidos no dé un paso atrás en su lucha contra el cambio climático. Europa también ha puesto sobre la mesa la necesidad de que países emergentes como China empiecen a involucrarse más activamente en la financiación climática, ya que hasta ahora han sido beneficiarios de los fondos, pese a ser grandes emisores globales.

Estos desacuerdos, sumados a las críticas hacia Azerbaiyán como anfitrión, hacen que las esperanzas estén depositadas en conseguir un compromiso sólido en los próximos días. Queda por ver si los líderes mundiales estarán a la altura de las circunstancias y podrán alcanzar acuerdos que realmente tengan un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático.

Cierre de la COP29

La humanidad se encuentra en una lucha contrarreloj. La COP29 de Bakú es vista como una oportunidad crucial para avanzar en la financiación climática y redefinir las responsabilidades de los países en la lucha contra el calentamiento global. Sin embargo, con la sombra de incertidumbres políticas y la influencia de países dependientes de los combustibles fósiles, el futuro sigue siendo incierto.


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