España es el país europeo que más sufrirá las consecuencias del calentamiento global. El deshielo, tanto del Ártico como de la Antártida, hará que el nivel del mar suba, afectando de manera inevitable al litoral mediterráneo.
Las altas temperaturas tendrían un importante impacto en los cultivos, de modo que la producción de alimentos cada será más difícil y más costosa. Según Greenpeace, España es un país en el que el cambio climático va a impactar seriamente.
Es cierto que el Ártico y España están separados por varios miles de kilómetros, pero esta región polar refrigera el planeta, de modo que a medida que el hielo se derrite, los océanos absorberán el calor que antes reflejaban las capas de hielo.
Así, el sur de Europa será la zona en la que más se sufra el impacto del cambio climático, produciéndose olas de calor más intensas, aumento de las temperaturas, dificultades para acceder al agua dulce, la entrada de nuevos insectos y un aumento en el número y duración de los incendios. En este sentido, la bombera forestal de la Comunidad de Madrid llamada Mónica San Martín Molina, dijo que los incendios son cada vez más virulentos, más devastadores, y en 10 minutos se ha convertido un pequeño fuego en un incendio descomunal.
Resulta pues importante proteger al Ártico, no sólo por lo que pueda ocurrir en España y al mundo de no hacerlo, sino también porque no deja de ser un lugar donde viven animales, personas y un paisaje muy bello que podríamos perder si continuamos tratando al planeta como lo hacemos, contaminando, deforestando, provocando incendios y explotando sus recursos como si fuesen ilimitados.
Todos, en mayor o menor medida, podemos y debemos hacer algo para evitar el desastre. A fin de cuentas, el cambio climático actual lo está agravando el ser humano.