Hace un tiempo hablamos sobre como poco a poco el Big Data en la meteorología irá transformando la forma de hacerla y estudiarla. Cómo los «ojos» que pueden llegar a ver aquello que a priori nos pasa desapercibido. El Big Data está adentrándose rápidamente a muchos sectores, y ya se está aplicando a una mejor gestión del agua. Junto a la Inteligencia Artificial (IA) y sensores, es algo que está en marcha. Se prevé que para el 2025 éstas tecnologías podrían ayudar en la gestión y distribución hídrica, y reducir las fugas de agua en un 50%.
Uno de los problemas que enfoca la UNESCO en cuánto al agua, es la gestión. A medida que el cambio climático avanza, y la mala gestión que se ha ido haciendo, se hace necesario buscar herramientas capaces de mejorar y optimizar los procesos. Llegados a éste punto, el Big Data y la IA comienzan a ver la luz de como hacer un uso eficaz e inteligente del agua.
El proyecto WatERP, en busca de la eficiencia del agua
WatERP, es un proyecto financiado por la Comisión Europea. Su objetivo es la búsqueda de soluciones inteligentes para el recurso del agua. Tal cómo se puede ver (clicando aquí) se trata de una página web de estándares abiertos para al gestión dela gua en cada una de sus fases del ciclo. De los datos e informaciones recopilados en ella, incluyen todo lo relativo a puntos de suministro, ubicaciones, horarios de tratamiento, y demás informaciones legales y meteorológicas.
El CEO de Libelium, David Gascón, experto hidroinformático, indica que la gestión del agua actualmente se basa en datos globales, pero que realmente deberían ser locales. Libelium es una empresa especializada en el desarrollo de sensores que recogen y envían datos para que la inteligencia artificial los procese rápidamente. Según palabras de Gascón, las medidas locales, para un río por ejemplo, en lugar de tomarse datos de 3 puntos diferentes, debería hacerse en 300 puntos, para tener una idea realmente con cara y ojos, de lo que ocurre en esa parte del ciclo.
Poco a poco ésta tecnología, ya se ha ido aplicando en ciudades como Barcelona, dónde se ha llegado a reducir un 25% el agua en los sistemas de riego. Algo que evidencia que el buen manejo de datos, tiene grandes beneficios para nuestro planeta.