En los últimos días han circulado mensajes sobre la aparición de auroras boreales en España en una ventana concreta de octubre. La expectación es comprensible, especialmente tras los episodios recientes que captaron la atención de medio país, pero los especialistas piden prudencia antes de dar nada por hecho.
Organismos de referencia recalcan que, aunque el Sol atraviesa un momento de mayor actividad, los anuncios a largo plazo carecen de base sólida. Para quien sueña con ver este fenómeno desde la península, la clave pasa por entender cómo funciona, seguir fuentes fiables y preparar una observación responsable si, finalmente, se dan las condiciones.
Qué están diciendo los expertos realmente
En respuesta a titulares que apuntaban a un índice geomagnético alto en fechas cerradas, responsables del SWPC de la NOAA han señalado que “no se están anticipando niveles Kp 6” en esos términos y que los pronósticos se actualizan con pocos días de antelación. La comunidad científica en España, con voces del IAA y la UAH, coincide: no es posible una predicción tan precisa con semanas de margen.
El astrofísico Héctor Socas incide en la idea central: hasta que no se observa una erupción solar bien orientada, no hay forma fiable de asegurar su impacto. Dicho de otro modo, las alertas reales llegan cuando el evento ya está identificado y la ventana de aviso es corta (aprox. 1–3 días).
Esto no implica que sea imposible ver auroras en latitudes medias, sino que el pronóstico responsable exige cautela. Si durante esos días se desencadenase una tormenta geomagnética intensa, entonces sí habría opciones; mientras tanto, conviene desconfiar de mensajes que asignan fechas u horas concretas con demasiada anticipación.
Cómo se forman y por qué rara vez se ven aquí
Habitualmente, el espectáculo queda confinado al llamado óvalo auroral, cercano a los polos. En episodios muy potentes, ese óvalo se expande hacia el sur y permite que la luz alcance latitudes más bajas, algo que en España puede suceder de forma excepcional.
Cuando ocurre en nuestra latitud, lo más frecuente es percibir un resplandor tenue en el horizonte norte, a veces con dominante rojiza, más que las cortinas definidas que se observan en Escandinavia. Esa apariencia depende de la geometría del fenómeno y de la altura a la que se produce la emisión.
Si se dan las condiciones: dónde y cómo intentarlo
Si finalmente se confirma una tormenta capaz de bajar el óvalo auroral, convendrá priorizar cielos oscuros, abiertos al norte y con pocas nubes. La franja entre las 22:00 y las 2:00 suele ser la más agradecida, aunque en episodios fuertes pueden verse antes o después.
En Galicia, la provincia de Lugo y la comarca de A Mariña cuentan con enclaves interesantes; municipios como Chantada y Muras presumen de certificación Starlight. En Cataluña, lejos de la iluminación costera de la Costa Dorada, la Sierra de Llaberia y el Montsant ofrecen altura y horizonte limpio.
En Navarra, lugares como Lerín, las Bardenas Reales o el Monte Irulegui reúnen buenas condiciones nocturnas, y en Aragón destacan áreas de la Ibérica y miradores como la Atalaya de Cubel o el entorno del observatorio de Montalbán. Si el episodio fuese especialmente intenso, en el sur podrían asomar trazas discretas en cumbres de Cádiz y otros puntos elevados.
Además de escoger el sitio, acuérdate de apagar pantallas, permitir que los ojos se adapten a la oscuridad y dirigir la vista al norte. La paciencia es parte del plan: las auroras pueden fluctuar en minutos y a veces solo se revelan en fotografía de larga exposición.
En tramos costeros muy iluminados conviene retirarse unos kilómetros tierra adentro o ganar altura. En comarcas como A Mariña, alejarse del litoral urbanizado y buscar montes interiores puede marcar la diferencia entre ver un simple resplandor o distinguir estructuras más definidas.
Consejos prácticos de observación y fotografía
Antes de salir, revisa fuentes fiables, aplicaciones para las auroras y aplica un par de reglas básicas. No hace falta equipo profesional para disfrutar del cielo, pero una preparación mínima ayuda a aprovechar la noche.
- Consulta el Kp y el estado del viento solar en tiempo real (SWPC/NOAA, AEMET, AEE). Valores altos amplían el área potencial, pero el detalle llega solo con poca antelación.
- Busca oscuridad: aléjate de la contaminación lumínica y evita luces directas. Da 20–30 minutos a tus ojos para adaptarse.
- Mira al norte y vigila el horizonte. Un rojo difuso y cambiante puede ser más significativo que un verde evidente en estas latitudes.
- Si fotografías: trípode, enfoque manual a infinito, ISO moderado-alto, y exposiciones de varios segundos para levantar color sin quemar el cielo.
Recuerda que el color que la cámara registra puede ser más intenso que el percibido a simple vista; eso no le resta mérito al fenómeno, solo refleja cómo el sensor integra más luz en menos tiempo.
Antecedentes recientes y registros históricos
La noche de mayo de 2024 dejó escenas memorables desde distintos puntos del país, con fotografías que captaron tonos verdes y rojizos. En aquella ocasión, la tormenta fue lo bastante potente como para empujar el óvalo hacia latitudes medias.
Mirando más atrás, se documentaron auroras visibles desde España en enero de 1938, en plena Guerra Civil, y también hay referencias de siglos anteriores recogidas por estudiosos de la meteorología. Son episodios contados, pero no inéditos en nuestra historia.
Conviene tener presente que, incluso en noches favorables, la apariencia aquí se aproxima a un brillo en el horizonte norte. Por eso, muchos testigos describen primero una neblina rojiza antes de identificar estructuras más claras.
Impacto de las tormentas fuertes y dónde informarse
Las escalas más usadas para comunicar la actividad geomagnética son el índice Kp y la Escala G de NOAA (de G1 a G5). Episodios de nivel alto pueden, además de generar auroras, afectar a satélites y redes eléctricas, motivo por el que los avisos oficiales son tan relevantes.
Para evitar bulos, lo mejor es seguir en tiempo real al SWPC/NOAA, a la AEMET y a la Agencia Espacial Española. Cuando hay una eyección de masa coronal bien dirigida, los partes se actualizan y concretan si existe o no riesgo de auroras en latitudes medias.
El momento del máximo solar incrementa la probabilidad de fenómenos intensos, pero no convierte cualquier fecha señalada en garantía. Si llega la alerta, planifica tu salida, prepara el equipo y elige un lugar oscuro: el resto lo decidirán el cielo y la meteorología.
Aunque circulen calendarios con días “mágicos”, lo cierto es que solo una señal clara desde el Sol permite activar las alarmas con garantías. Quienes estén atentos a las fuentes oficiales y cuiden la elección del lugar tendrán las mejores opciones de cazar, con paciencia y criterio, la próxima aurora que asome sobre España.
