Seguramente has oído hablar alguna vez de las auroras boreales y has deseado ver este maravilloso fenómeno de la naturaleza. Se trata de brillantes luces en el cielo de color verde normalmente. A las que ocurren en las zonas polares se les denomina auroras polares. A continuación vamos a explicarte detalladamente todo lo que debes saber sobre la aurora polar y sus características.
Si quieres viajar a lo largo del globo para ir hasta los polos y ver las preciosas auroras polares, sólo tienes que seguir leyendo este artículo.
Características de la aurora polar
Cuando las auroras polares se divisan desde el polo norte se le llaman auroras boreales y cuando se ven desde el hemisferio sur auroras australes. Las características de ambas son las mismas ya que se originan de la misma manera. Sin embargo, a lo largo de la historia, siempre han tenido más importancia las auroras boreales.
Estos fenómenos naturales ofrecen todo un espectáculo recomendado de ver alguna vez en la vida. El único inconveniente es que su predicción es muy complicada y el viaje hasta las zonas donde tiene lugar muy caro. Imaginaos que pagáis una buena cantidad de dinero por un viaje para poder ver la aurora boreal desde Groenlandia y resulta que pasan los días y no tienen lugar. Hay que volverse con las manos vacías y lamentar no poder verlas.
Lo más normal de estas auroras es que el color verde sea el más abundante. También pueden observarse tonos de color amarillos, azules, naranjas, violetas y hasta rojos. Estos colores se presentan como pequeños puntos luminosos en los que pueden llegar a formar pequeños arcos que serpentean el cielo. El color predominante siempre es el verde.
Los lugares donde se pueden ver de forma más habitual es en Alaska, Groenlandia, y Canadá (véase Aurora boreal en Noruega). Sin embargo, pueden verse desde otros muchos lugares de la Tierra, aunque con menos frecuencia. Han habido hasta casos en los que se ha reportado su avistamiento en zonas cercanas al ecuador.
¿Por qué se forma la aurora polar?
Lo que muchos científicos han buscado a lo largo de los años es saber cómo y por qué se forma la aurora polar. Se trata de un resultado fruto de las interacciones entre el Sol y la Tierra. La atmósfera del Sol emite una serie de gases en estado de plasma que contienen partículas eléctricamente cargadas. Estas partículas se van desplazando a lo largo del espacio hasta que llegan a Tierra por efecto de la gravedad y el campo magnético terrestre.
Cuando alcanza una altura de la atmósfera se pueden visualizar desde el cielo. La forma en la que el Sol envía estas partículas a todo el espacio y, en particular, a la Tierra es mediante el viento solar. El viento solar puede provocar graves daños en los sistemas de comunicación de nuestro planeta y crear todo un accidente mundial. Imaginaos quedarnos incomunicados durante mucho tiempo sin electricidad de ningún tipo.
Las partículas que tienen cargas eléctricas chocan con las partículas de gases que hay en la magnetosfera de la Tierra. Recordamos que nuestro planeta posee un campo magnético que desvía gran parte de la radiación electromagnética al espacio exterior. Esta magnetosfera está formada por unas fuerzas que genera el campo magnético.
La razón por las que las auroras se forman con una mayor frecuencia en los polos y no en el ecuador es porque el campo magnético es más fuerte en los polos que en el ecuador. Por ello, las partículas que vienen cargadas eléctricamente del viento solar se van desplazando a lo largo de estas líneas que forman la magnetosfera. Cuando chocan las partículas del viento solar con los gases de la magnetosfera se producen unas luces que sólo se pueden ver con diversas inclinaciones de los rayos solares.
Cómo se produce
El choque que producen los electrones con los gases de la magnetosfera es lo que hacen que los protones queden más libres y visibles y se originen estas auroras. Por lo general son auroras tenues, pero conforme se desplazan a lo largo de la magnetosfera se van topando con las regiones polares en las que los átomos de oxígeno y nitrógeno hacen verlas más brillantes. Los átomos y moléculas que reciben la energía de los electrones provenientes del viento solar alcanzan un nivel alto de energía que liberan en forma de luz.
La aurora polar suele producirse entre unos 80 y 500 km de altura. Es normal que, mientras más alto se generen las auroras, menos podrá verse y con menos detalle. La máxima altura a la que se ha registrado una aurora polar es a 640 kilómetros.
En cuanto al color, depende mucho de las partículas de gas con la que los electrones chocan. Los átomos de oxígeno con los que chocan son los que emiten una luz verde. Cuando chocan con átomos de nitrógeno se vislumbra con un color entre azul y violeta. Si choca con átomos de oxígeno pero a una altura de 241 a 321 km se verá en rojo. Esta es la razón por la que pueden tener diferentes colores, pero por lo general son verdes.
Dinámica de la aurora polar
Al contrario de lo que se piensa, no son fenómenos vinculados a la noche y la oscuridad. Todo lo contrario, pueden suceder en cualquier momento del día. El problema es que con la luz solar no se pueden visualizar bien y no se aprecia el espectáculo de la naturaleza. La contaminación lumínica también es otro factor a tener en cuenta.
A simple vista parecen que la aurora polar se mantiene estática sin moverse. Sin embargo, cuando alcanza la media noche, los arcos que forman se empiezan a balancear hasta que adquieren forma de nube y van desapareciendo conforme amanecen.
Si quieres verlas, los mejores momentos y lugares para observar las auroras polares son durante las noches y en las regiones polares. Más de la mitad de las noches del año pueden disfrutar de las auroras polares por lo que, si estás pensando en ir a verlas, infórmate bien de dónde es el mejor lugar y momento.
Espero que con esta información puedas aprender más sobre la aurora polar.