Como sabemos de otras ocasiones, Donald Trump rechaza la existencia del cambio climático a pesar de que las evidencias son claras y cada vez más frecuentes. Debido al aumento de fenómenos climáticos extremos existen poblaciones que deben de ser desplazadas a otros lugares más seguros. Estos son los llamados “desplazados climáticos”.
Pues bien, la tormenta tropical Cindy ha vuelto a recordar esta semana a los residentes del delta del Misisipi que pueden convertirse en los primeros desplazados a causa del clima. A pesar de todo ello, aún quedan personas que niegan la existencia del calentamiento global. ¿Cómo pueden negar lo evidente?
Tormenta tropical
Grand Isle se encuentra en el delta del Misisipi y ha sido azotada por una de las primeras grandes tormentas de la temporada de huracanes que comienza ahora con el aumento de las temperaturas. La elevación continua de las temperaturas provoca que gran cantidad de agua de los océanos se evaporen, provocando la formación de grandes nubes del tipo cumulonimbos. Además, la inestabilidad atmosférica y los descensos de presiones son los que hacen que los huracanes se formen.
David Carmadelle, alcalde de Grand Isle, alertó que las olas de Cindy robaron 10 metros a una isla de poco más de un kilómetro de ancho y esa pérdida de tierra se suma a los 50 metros ganados por el mar en las últimas tormentas que golpearon la localidad. Esto se puede interpretar como una cuenta atrás o como un aviso ante los inminentes efectos del cambio climático en el nivel del mar.
También existen otros casos como el de Shishmaref, en Alaska, o Isle de Jean Charles, un pueblo del Bayou de Luisiana que desde los años 60 ha visto sumergirse bajo las aguas el 98 % de su territorio. Tras los huracanes el nivel del mar aumenta y van perdiendo costa. Evidentemente, todas las personas que vivan en estos lugares se tienen que ir de estas zonas hacia otras más seguras. Por ello, son llamados “desplazados climáticos”.
El pasado verano en Shishmaref unos 500 habitantes tuvieron que abandonar la isla tras unos 400 años dedicados a la pesca. Debido al calentamiento global, el hielo del ártico del que dependen para pescar dura cada vez menos. Esto deja paso a una mayor erosión a las costas.
Hacia zonas seguras
Para poder migrar hacia zonas más seguras y no ser el blanco de fenómenos climáticos extremos como los huracanes, hace falta que las localidades reciban dinero de los gobiernos. Isle de Jean Charles ha sido una de las primeras en recibir dinero por ser afectada ante los efectos del calentamiento global. Con este dinero, la población podrá reubicarse en zonas más seguras.
El dinero ha sido aportado en 2016 durante el Gobierno de Barack Obama y dispone de una cuantía de 52 millones de dólares. Con este dinero se pretende construir una especie de urbanización que sirva para que los residentes del pueblo puedan mantener su cercanía y no perder las raíces ni la identidad. Las decenas de familias que han comenzado a hacer planes para abandonar sus hogares por el aumento del nivel del mar son el primer destacamento de desplazados por el clima, que se pueden multiplicar en los próximos años y décadas en Estados Unidos y en el resto del planeta.
Por otro lado, la ciudad de Nueva York también ha solicitado los mismos fondos viendo que el futuro en el que el nivel del mar aumente ya es inminente. En respuesta a esta subida del nivel del mar, se deben de desplazar al interior.
Cambio climático y escepticismo
Pese a que el cambio climático cada vez afecta a más estadounidenses, el presidente Donald Trump niega la existencia de un cambio en el clima. Es vergonzoso que una persona que tiene tanto poder niegue algo tan evidente y, como consecuencia, vayan a sufrir millones de personas, por no hablar de la biodiversidad y ecosistemas.
Trump decidió este mes sacar a Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo tras China, del histórico Acuerdo internacional de París para reducir emisiones, algo que eleva las preocupaciones de las comunidades más expuestas al impacto del calentamiento global.
Bill Walker, gobernador de Alaska, ha lamentado la decisión de Trump ya que hay comunidades que están siendo literalmente tragadas por el agua.