En el instituto se aprende que los continentes no han estado quietos durante toda la historia de la Tierra. Al contrario, se están moviendo continuamente. Alfred Wegener fue el científico que presentó la teoría de la deriva continental el 6 de enero de 1921. Se trata de una propuesta que revolucionó la historia de la ciencia ya que modificó el concepto de la dinámica terrestre. Desde la puesta en marcha de esta teoría del movimiento de los continentes, se cambió completamente la configuración de la Tierra y los mares.
Conoce en profundidad la biografía del hombre que desarrolló esta teoría tan importante y que generó tanta polémica. Sigue leyendo para saber más 🙂
Alfred Wegener y su vocación
Wegener fue un soldado del ejército alemán, profesor de meteorología y un viajero de primera. Aunque la teoría que expuso está relacionada con la geología, el meteorólogo supo entender perfectamente las condiciones de las capas internas de la Tierra y basarse en pruebas científicas. Fue capaz de elaborar de forma coherente el desplazamiento de los continente, apoyándose en evidencias geológicas bastante audaces.
No sólo pruebas geológicas, sino biológicas, paleontológicas, meteorológicas y geofísicas. Wegener tuvo que realizar estudios profundos acerca del pelomagnetismo terrestre. Estos estudios han servido de fundamento para la actual teoría de la tectónica de placas. Es cierto que Alfred Wegener fue capaz de desarrollar la teoría por la que los continentes se pueden desplazar. Sin embargo, no tenía una explicación convincente sobre qué fuerza es capaz de moverlo.
Por ello, tras los diferentes estudios apoyados en la teoría de la deriva continental, los fondos oceánicos y el paleomagnetismo terrestre, surgió la tectónica de placas. A diferencia de lo que se conoce actualmente, Alfred Wegener pensaba en términos de movimiento de continentes y no de placas tectónicas. Esta idea fue y sigue siendo impactante ya que, de ser así, producirían resultados catastróficos en la especie humana. Además, implicó la audacia de imaginar una fuerza colosal que se encargaba de desplazar los continentes enteros. Que esto ocurriera así significaba la recomposición total de la Tierra y los mares en el transcurso del tiempo geológico.
Aunque no pudiera encontrar la razón por la que se desplazan los continentes, tuvo gran mérito al reunir todas las evidencias posibles en su época para establecer este movimiento.
Historia e inicios
Cuando Wegener se inició en el mundo de la ciencia, tenía gran ilusión por explorar Groenlandia. También había sentido gran atracción por una ciencia que era bastante moderna: la meteorología. Por aquel entonces, medir los patrones atmosféricos responsables de muchas tormentas y vientos era mucho más complejo y menos exacto. Aún así, Wegener quiso aventurarse en esta nueva ciencia. Como preparación para sus expediciones a la Antártida, se introdujo en programas de largas caminatas. También supo dominar el uso de cometas y globos para las observaciones meteorológicas.
Mejoró su capacidad y técnica en el mundo de la aeronáutica, a tal punto de conseguir un récord mundial en el año 1906, junto a su hermano Kurt. El récord que estableció fue la de volar durante 52 horas sin interrumpirse. Toda esta preparación tuvo su recompensa cuando fue elegido meteorólogo para una expedición danesa que partió hacia el noreste de Groenlandia. La expedición duró casi 2 años.
Durante la etapa en la que Wegener estuvo en Groenlandia, emprendió gran variedad de estudios científicos sobre meteorología, geología y glaciología. De ahí a que pudiera formarse correctamente para establecer las pruebas que refutarían la deriva continental. Durante la expedición tuvo algunos impedimentos y fatalidades, pero no le impidieron adquirir gran reputación. Fue considerado un expedicionario competente, además de viajero polar.
Cuando regresó a Alemania, tenía reunidos grandes volúmenes de observaciones meteorológicas y climatológicas. Para el año 1912 realizó otra nueva expedición, esta vez con destino a Groenlandia. La hizo junto al explorador danés J.P. Koch. Realizó una gran travesía a pie a lo largo del casquete glaciar. Con esta expedición acabó sus estudios de climatología y glaciología.
Tras la deriva continental
Poco se habla sobre lo que Alfred Wegener hizo tras la exposición de la deriva continental. En el año 1927, decidió realizar de nuevo otra expedición a Groenlandia con el apoyo de la Asociación Alemana de Investigación. Tras la experiencia y reputación adquirida por la teoría de la deriva continental fue el más idóneo para dirigir la expedición.
El objetivo principal era la de construir una estación climática que permitiera tener mediciones del clima de una forma sistemática. De esta forma se podría sacar más información acerca de las tormentas y sus efectos sobre los vuelos trasatlántico. También se establecieron otros objetivos en el campo de la meteorología y glaciología para tener conocimientos acerca del por qué se desplazaban los continentes.
La expedición más importante hasta entonces se realizó en el año 1029. Con esta investigación se obtuvo un dato bastante relevante para la época en la que estaban. Y es que se consiguió saber que el espesor de hielo sobrepasaba los 1800 metros de profundidad.
Su última expedición
La cuarta y última expedición la realizó en el año 1930 con grandes dificultades desde el comienzo. Los abastecimientos de las instalaciones tierra adentro no llegaron a tiempo. El invierno entró con fuerza y fue suficiente motivo para que Alfred Wegener se esforzara en prever una base donde albergarse. La zona estaba plagada de vientos fuertes y nevadas que provocaron la deserción de los groenlandeses contratados. Este temporal presentaba un peligro para la supervivencia.
Los pocos que quedaron más Wegener tuvieron que sufrir durante el mes de septiembre. Sin provisiones apenas, llegaron a la estación en el mes de octubre con uno de los compañeros casi congelados. No pudo continuar el viaje. Una situación desesperada en la que sin comida ni combustible (tan sólo había para dos personas de las cinco que había).
Dado que las provisiones eran nulas, era necesario ir a provisiones. Wegener y su compañero Rasmus Villumsen fueron los que volvieron a la costa. Alfred celebró su cincuenta aniversario el 1 de noviembre de 1930 y salió a la siguiente mañana por provisiones. Durante esa búsqueda de provisiones se supo que hubo fuertes rachas de viento y temperaturas de -50°C. Tras ello, jamás se les volvió a ver vivos. El cuerpo de Wegener se encontró bajo la nieve el 8 de mayo de 1931 envuelto de su bolsa de dormir. No se pudo recuperar ni el cuerpo del compañero ni su diario, donde estarían sus últimos pensamientos.
Su cuerpo aún sigue allí bajando lentamente dentro de un enorme glaciar, que algún día se quedará flotando como un iceberg.
Está todo muy bien y completo, las imágenes, los textos…