Mediante la utilización de un telescopio colocado en un Boeing 747, se ha verificado que efectivamente existe agua en la Luna. Este descubrimiento se alinea con los hallazgos de un estudio separado, que descubrió la existencia de «trampas frías» donde la luz del sol no puede penetrar, lo que resulta en temperaturas tan bajas como 163 grados bajo cero. La investigación afirma el papel crucial que desempeñará el hielo, en forma de agua, en las próximas misiones tripuladas.
En este artículo vamos a contarte todo lo que necesita saber sobre el agua y la luna, su descubrimiento e importancia.
Agua en la Luna
Se ha confirmado oficialmente que existe agua en la Luna. En un anuncio de la NASA, se ha revelado que el satélite natural de nuestro planeta contiene cantidades significativas de hielo, lo que podría resultar invaluable para próximas misiones tripuladas. Una extensa investigación realizada por científicos ha revelado la presencia de agua no sólo en los grandes, frígidos y profundos cráteres ubicados en las regiones polares de la Luna, donde la misión Lunar Prospect descubrió inicialmente agua a fines de la década de 1990, sino también en cráteres más pequeños, depresiones más superficiales dentro de estas mismas áreas polares. Estas depresiones menos profundas tienen el potencial de mantener el hielo durante miles o incluso millones de años debido a sus temperaturas suficientemente frías.
Tras examinar en profundidad los datos recogidos por el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), un avión Boeing 747SP equipado con un telescopio reflector de 2,5 metros de diámetro, los expertos de la agencia espacial han llegado a esta conclusión. Al operar desde la estratosfera de la Tierra, SOFIA supera más del 99% de la capa atmosférica del planeta, lo que le permite recopilar información invaluable sobre el sistema solar que no se puede obtener utilizando los telescopios terrestres tradicionales.
Según los hallazgos del observatorio, se ha descubierto que uno de los cráteres más grandes visibles desde la Tierra, conocido como Clavius, contiene moléculas de agua. Este notable descubrimiento coincide con las investigaciones sobre la atmósfera lunar, que juega un papel importante en la comprensión de estos entornos.
Conclusiones del hallazgo de agua en la Luna
Las conclusiones extraídas de los hallazgos de SOFIA se alinean con las de un estudio separado, también publicado en la misma revista científica. En este estudio, un grupo de investigadores identificó «trampas frías» dentro de las áreas permanentemente sombreadas de la Luna, donde las temperaturas podrían caer en picado a la asombrosa cifra de 163 grados bajo cero. Estas pequeñas manchas tienen el potencial de servir como reservorios a largo plazo de hielo de agua. Sin embargo, la revelación más sorprendente es la acumulación estimada de estas zonas ultrafrígidas en aproximadamente 40.000 kilómetros cuadrados de la superficie lunar.
En aproximadamente 40.000 kilómetros de la superficie lunar, hay regiones que están envueltas en oscuridad y tienen el potencial de contener agua congelada. En el hemisferio sur de la Luna, concretamente en el cráter Clavius, que es uno de los cráteres más grandes visibles desde la Tierra, el observatorio ha detectado moléculas de agua. Estudios anteriores de la superficie lunar pudieron identificar la presencia de hidrógeno, pero no pudieron diferenciar entre el agua y su compuesto estrechamente relacionado, el hidroxilo (OH). Este descubrimiento abre nuevas vías para entender el equipamiento necesario para futuras misiones a la Luna.
Sin embargo, los datos obtenidos de este lugar específico han revelado que el agua existe en concentraciones que oscilan entre 100 y 412 partes por millón. Para poner esto en perspectiva, esta cantidad equivale aproximadamente al volumen de agua contenida en una botella de 35 centímetros, un poco más grande que una lata de refresco, que está atrapada dentro de un metro cúbico de suelo esparcido por la superficie lunar. Cabe señalar que, en comparación, el desierto del Sahara contiene 100 veces más agua que la detectada en el suelo lunar por SOFIA, explica la agencia espacial.
Agua originada por el impacto de meteoritos
El reciente descubrimiento de agua en la superficie lunar, aunque presente en pequeñas cantidades, ha impulsado nuevas investigaciones sobre la creación y preservación de agua en dicho entorno. Vale la pena señalar, sin embargo, que las moléculas de agua detectadas por el observatorio no están en forma de hielo puro, sino que existen en pequeños depósitos acumulados en la superficie o atrapados dentro de cristales resultantes de colisiones menores de asteroides en la Luna.
Si bien la sonda india Chandrayaan-1 había identificado previamente hielo de agua en áreas no iluminadas de los polos lunares hace más de una década, este estudio ofrece ahora pruebas concluyentes de que las moléculas de agua también existen en regiones iluminadas. Los expertos especulan que estas moléculas son el resultado de reacciones químicas con hidroxilo provocadas por el impacto de pequeños meteoritos. Asimismo, se han analizado las razones detrás de la falta de misiones anteriores a la Luna.
La accesibilidad del agua descubierta por SOFIA como recurso potencial aún está bajo investigación. Este hallazgo innovador, la culminación de una extensa investigación realizada durante varios años, tiene importantes implicaciones para futuras misiones tripuladas al satélite. Estas misiones, previstas en el marco del programa Artemis para los próximos años, podrían verse facilitadas por la presencia de agua en el satélite.
Utilizando los datos recopilados por SOFIA, la NASA tiene el potencial de utilizarlos para las próximas expediciones humanas a la Luna, que actualmente se están desarrollando en el marco del proyecto Artemis. Inspirándose en la diosa asociada con la Luna y la vida silvestre, que también es la hermana gemela del dios Apolo, la NASA ha nombrado acertadamente esta nueva misión en su honor. Con esta iniciativa, la agencia estadounidense pretende volver a enviar astronautas al satélite natural de nuestro planeta, lo que supone un importante regreso después de casi medio siglo.
En un anuncio innovador realizado la primavera pasada, el programa espacial reveló sus ambiciosos planes. No sólo pretende enviar al próximo hombre a la superficie lunar, sino que también pretende lograr una hazaña aún más notable: establecer una base permanente en la Luna. Este puesto lunar servirá como punto de lanzamiento crucial para futuras misiones tripuladas a Marte, que tendrán lugar en 2030.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre la existencia de agua en la luna y su descubrimiento.