Los tsunamis, esas olas gigantescas que destruyen todo a su paso, son un fenómeno natural fascinante y devastador. A pesar de que la mayoría de los tsunamis ocurren en las costas del Pacífico y del Índico, esto no significa que no puedan formarse en otras partes del mundo, por lo que es esencial comprender su naturaleza y dinámica. No hay que temerles, pero sí hay que tenerles respeto y entender cómo se forman y cuáles son sus características principales. A continuación, exploraremos 5 cosas que no sabías sobre los tsunamis.
Los tsunamis pueden recorrer varios miles de km a una velocidad de vértigo
Estos fenómenos no se pueden predecir con precisión, pero se sabe que, a medida que se van acercando a la costa, aumentan de tamaño y velocidad. De hecho, pueden recorrer más de 17,000 km a una velocidad increíble de hasta 700 km/h, comparable a un avión en vuelo. En aguas profundas, las olas de un tsunami pueden ser imperceptibles para los barcos, ya que su altura es relativamente baja, permitiendo que continúen su curso sin ser notadas. Sin embargo, a medida que el tsunami se aproxima a la costa y la profundidad del agua disminuye, su velocidad disminuye pero su altura aumenta drásticamente, produciendo olas devastadoras.
No sólo traen una ola
¿Pensabas que los tsunamis solo traían una ola? La realidad es que estos fenómenos nunca, o prácticamente nunca, vienen solos. La mayoría de ellos suelen traer más de una ola, lo que significa que los destrozos y daños causados son mucho mayores de lo que ocasionaría una única ola. Estas olas pueden llegar a ser hasta 10 veces mayores que las olas anteriores, y la primera ola no siempre es la más grande. Las comunidades costeras deben estar preparadas para múltiples olas y no solo para la primera señal de impacto.
Cualquier importante movimiento en la tierra puede causarlos
Comúnmente, se asocia a los tsunamis con terremotos, pero estas no son las únicas causas. Un impacto de meteorito o asteroide, por ejemplo, también puede provocar un tsunami, como se cree que ocurrió hace aproximadamente 3.46 millones de años cuando un asteroide impactó la Tierra, cubriendo el planeta con agua. Además de los terremotos, factores como deslizamientos de tierra, explosiones volcánicas y erupciones submarinas pueden desencadenar tsunamis, lo que hace que su estudio y monitoreo sean esenciales para la prevención y control del riesgo.
Si deseas profundizar sobre cómo se produce un tsunami, puedes leer sobre el tsunami más grande del mundo y su impacto.
Los tsunamis en Japón podrían llegar a San Francisco
Y solo tardarían unas 10 horas en llegar. Impresionante, ¿verdad? La rapidez y la potencia de estas olas son asombrosas. Por cierto, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, ubicado en Honolulu, es el encargado de vigilar y alertar sobre posibles tsunamis en el océano Pacífico. Este sistema también coordina esfuerzos y comparte información para evitar la devastación y minimizar el impacto en las comunidades costeras.
El mar a veces retrocede antes de que se produzcan
Aunque no hay muchas señales que indiquen que un tsunami está a punto de ocurrir, a veces el mar retrocede drásticamente, dejando expuesta una gran parte del lecho marino. Este fenómeno, conocido como ‘reflujo’, es a menudo una señal de advertencia de un tsunami inminente. Es crucial que las comunidades costeras y los veraneantes reconozcan esta señal, ya que proporcionar un aviso temprano puede salvar vidas.
¿Cómo se forma un tsunami?
Un tsunami es el resultado del desplazamiento instantáneo de una gran masa de agua. Este fenómeno se genera en la mayoría de los casos por terremotos submarinos de gran magnitud que provocan un desplazamiento abrupto del lecho marino o por erupciones volcánicas. En otros casos, un derrumbe en la costa también puede causar un tsunami.
La mayoría de los tsunamis (aproximadamente un 80% del total) son generados por terremotos submarinos. Cuando un terremoto ocurre, el lecho marino se desplaza, lo que provoca la creación de olas que se propagan rápidamente a través del océano. Aunque en aguas profundas estas olas pueden ser casi imperceptibles, a medida que se acercan a la costa, su velocidad disminuye, pero su altura aumenta exponencialmente, lo que puede generar olas que superan los 30 metros. Este fenómeno es lo que convierte un movimiento sísmico lejano en un devastador tsunami que puede arrasar con comunidades costeras.
Si quieres saber más sobre este fenómeno, puedes consultar cómo se mide la altura de las olas en relación a los tsunamis.
Los tsunamis más devastadores de la historia
Algunos de los tsunamis más devastadores de la historia reciente han sido los siguientes:
Chile, 1960
El 22 de mayo de 1960, el terremoto de Valdivia, el más fuerte de la historia registrado, de magnitud 9.5, generó un maremoto que devastó las costas de Chile. Las olas alcanzaron hasta 20 metros de altura y causaron la muerte de alrededor de 2,000 personas. Este maremoto no solo afectó a Chile, sino que también llegó a Hawai y Japón horas más tarde, causando más destrucción y muertes adicionales.
Japón, 2011
El 11 de marzo de 2011, Japón experimentó un terremoto de magnitud 9.0, generando un tsunami que provocó olas de más de 10 metros de altura y causó la muerte de más de 20,000 personas. Este desastre no solo destruyó comunidades enteras, sino que también provocó la crisis nuclear de Fukushima, cuyo impacto tuvo repercusiones a largo plazo en la política energética y la salud ambiental en la región.
Italia, 1908
El 28 de diciembre de 1908, un terremoto de magnitud 7.1 sacudió el estrecho de Mesina en Italia, causando un tsunami que arrasó las ciudades de Messina y Reggio Calabria. Se estima que aproximadamente 120,000 personas murieron en este desastre, que ha sido considerado uno de los peores de la historia de Europa.
Indonesia, 2004
El tsunami del 26 de diciembre de 2004, provocado por un terremoto de magnitud 9.3 en el océano Índico, es recordado como uno de los peores desastres naturales de la historia. Las olas alcanzaron hasta 30 metros de altura y causaron más de 227,000 muertes en diversas naciones. Este evento llevó a la creación de nuevos sistemas de alerta de tsunamis a nivel mundial, destacando la necesidad de preparar y educar a las comunidades costeras sobre el riesgo de tsunamis.
Si te interesa conocer más sobre cómo se han producido inundaciones en algunas zonas y no en otras, puedes leer el artículo sobre por qué se producen inundaciones.
¿Qué zonas son más propensas a los tsunamis?
Las zonas más afectadas por los tsunamis son aquellas ubicadas en el océano Pacífico, especialmente a lo largo del anillo de fuego o “cinturón de fuego”, una región geológicamente activa con numerosos volcanes y fallas tectónicas. Además, existen otras zonas sísmicas y volcánicas en el océano Índico y algunas áreas menores en el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Históricamente, alrededor del 14% de los tsunamis documentados se han producido en esta última región, donde chocan las placas tectónicas africana y europea, destacando el famoso terremoto y tsunami de Lisboa en 1755.
¿Cómo podemos protegernos? La importancia de la prevención
La prevención es fundamental en la gestión del riesgo de tsunamis, al igual que en el caso de los terremotos. Conocer las zonas expuestas y los sistemas de alerta es esencial. Las áreas del océano Pacífico cuentan con sistemas de alerta avanzada, como el Sistema de Alerta de Tsunamis del Pacífico, que avisa a las zonas costeras sobre posibles peligros.
Un minuto puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte, por lo que una pronta alerta y la respuesta rápida de la población son vitales. La implementación de simulacros de evacuación en comunidades costeras y la educación sobre los peligros asociados a los tsunamis son también componentes críticos en la preparación.
Tsunami en el Mediterráneo, ¿cuáles son los riesgos?
A pesar de que los tsunamis son menos frecuentes en el mar Mediterráneo que en el océano Pacífico, igualmente representan un riesgo significativo. Históricamente, desde el 1600 a.C. hasta la actualidad, se han registrado al menos 290 maremotos, algunos de los cuales han causado devastación. Las costas griegas e italianas son las más expuestas, pero también las de Portugal y España. En los últimos años, se han desarrollado sistemas de monitoreo y alerta para mitigar el riesgo de tsunamis en esta cuenca poblada.
Estar informados sobre los riesgos y contar con planes de evacuación puede salvar vidas. Las campañas de concienciación y la colaboración entre países también son esenciales para mejorar la capacidad de respuesta ante estos fenómenos. El estudio y la comprensión de los tsunamis no solo son vitales para la seguridad de las comunidades costeras, sino que también proveen valiosas lecciones sobre la naturaleza, su poder y la importancia de la preparación en la gestión de riesgos naturales. Con una educación adecuada y planes de acción proactivos, se pueden reducir significativamente las consecuencias devastadoras de estos fenómenos naturales.