Los huracanes son unos fenómenos meteorológicos que, vistos por satélite, se ven como sistemas muy organizados, y que tienen, incluso, una belleza singular. Sin embargo, a menudo causan importantes daños materiales y se pueden llevar consigo la vida de centenares de personas, tal y como ha hecho el huracán Matthew en Haití.
Pero, ¿quién decide el nombre de los huracanes? Y, ¿por qué tienen nombre propio?
El listado de nombres para los ciclones tropicales que se forman en el Océano Atlántico fue creado en 1953 por el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés). Actualmente, este listado se utiliza como estándar para la lista de otras regiones del mundo, y es actualizada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que es una agencia de las Naciones Unidas con sede en Ginebra (Suiza).
Los nombres de huracanes se organizan en orden alfabético, exceptuando las letras Q, U, X, Y, y Z, y se alternan los nombres masculinos y femeninos. Los nombres son diferentes para cada región, de manera que se puedan dar mejor las alertas y no haya confusión.
Aunque parezca lo contrario, se usan nombres, no sólo en inglés, sino también en español y en francés. Además, se reciclan cada seis años, pero hay algunos que dejan de utilizarse si el huracán en cuestión ha sido devastador, como ocurrió con Katrina, el cual dejó 2000 muertos en Nueva Orleans (EE.UU) en el año 2005, por ejemplo.
Como curiosidad, hay que decir que los meteorólogos utilizaron sobretodo nombres femeninos durante la Segunda Guerra Mundial: los nombres de sus madres, esposas o amantes, según explicó Koji Kuroiwa, jefe del programa de ciclones tropicales de la OMM. A partir de la década de 1970, se añadieron también nombres masculinos para evitar el desequilibrio de género.
Sin embargo, los huracanes femeninos matan a más personas que los que tienen nombres masculino, según un estudio de la Universidad de Illinois (EE.UU). El motivo es que los primeros no se suelen tomar muy en serio, por lo que no se toman las medidas de preparación necesarias para afrontarlos. Por ello, desde el Centro Nacional de Huracanes subrayaron que, independientemente del nombre que tenga un huracán, se ha de poner el foco en la amenaza que supone cada uno.