Hoy en día en la sociedad actual, se tenga más conciencia sobre el medioambiente y el cambio climático o no, casi todo el mundo considera la tala de árboles y la destrucción de los bosques como un factor importante que contribuye al aumento de los efectos del cambio climático. También se tiene en cuenta que la conservación y el uso sostenible de los bosques del mundo ayudarán significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, o al menos de su mejor absorción en la atmósfera.
El Acuerdo de París, adoptado por 195 partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a finales del año pasado, fue un punto de partida importante al reconocer que los bosques son fundamentales en la lucha contra el cambio climático. ¿Cómo nos favorecen los bosques sostenibles en la lucha contra el cambio climático?
Sumideros de carbono
Los bosques de todo el mundo actúan como sumideros de carbono. “Trabajan” para nosotros almacenando los gases de efecto invernadero en su biomasa, la hojarasca y los suelos. La contribución de los bosques en la lucha contra el cambio climático es un arma de doble filo. Esto se debe a que la tala de los árboles y la degradación de los bosques que provocamos nosotros con nuestras actividades económicas, son el responsable del entre el 10% y el 12% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Es decir, junto con la agricultura, son la segunda causa principal del calentamiento del planeta.
O sea, los bosques nos pueden ayudar a absorber y almacenar el exceso de carbono de la atmósfera, pero cuando los árboles mueren, desprenden CO2 que se une al resto de emisiones. Países como Congo, Gabón, Indonesia, Kenia, Malasia, México y Corea del Sur se han comprometido a reducir las emisiones más de un 25% de los niveles habituales de las actividades. Además, más del 70% de estas promesas voluntarias incluyen acciones que tienen que ver con los bosques y su adecuado cuidado.
Una buena gestión para el cambio climático
Los científicos afirman que una buena gestión de los recursos y un buen cuidado de los bosques y de toda la cubierta forestal pueden ayudar considerablemente en la lucha contra el cambio climático. Por ejemplo, para dar datos que ayuden a hacerse una idea, 123 plantones de árboles cultivados durante 10 años pueden secuestrar el carbono emitido por un año de conducción de un coche.
La estrategia de poder adoptar planes de desarrollo sostenible en cuestiones forestales es de vital importancia para los países que se encuentran en desarrollo, ya que los mayores volúmenes de emisión de carbono proveniente de la tala de bosques se producen en el hemisferio sur. Esto se debe principalmente a que los árboles se talan para poder dejar espacio a la agricultura. Es decir, deforestar para poder comer. Con la agricultura, los países menos desarrollados pueden obtener ingresos de la explotación.
Un ejemplo de ello es el uso de madera como combustible. Cerca de un tercio de las familias de todo el mundo la utilizan para cocinar alimentos, mientras otros 764 millones de personas la usan para hervir y limpiar el agua.
Claves para reducir las emisiones de carbono
Casi un 75% de las toneladas de CO2 que se vierten a la atmósfera por la tala de los árboles para la explotación de la madera, proviene de la cocción de alimentos. Las cocinas que son más modernas y están mejoradas, queman menos madera, ayudando a emitir menos cantidad de CO2 a la atmósfera. Esto contribuye a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, especialmente en África y en las zonas rurales de América Latina.
Está claro que la clave para reducir las emisiones es la sostenibilidad y el uso de la tecnología moderna que ayude a la producción de etanol a partir de la biomasa leñosa. Utilizar los productos madereros como materiales de construcción ecológicos. Decimos ecológicos puesto que al no quemarlos conservan el carbono almacenado en su interior.