El hielo del Ártico llega a su mínimo histórico

Hielo Ártico

Imagen – NASA Goddard’s Scientific Visualization Studio/C. Starr

Cada año, la superficie helada del Ártico se reduce en verano, y vuelve a expandirse en otoño e invierno, lo cual es completamente normal. Sin embargo, a medida que el planeta se va calentando, esa superficie es menor. Y la situación, según los datos de la NASA, viene siendo preocupante desde el año 1978, que fue cuando se empezaron a registrar récords negativos.

En el 2016, el hielo del Ártico llegó a su mínimo histórico, perdiendo 4,14 millones de kilómetros cuadrados de superficie.

La temporada de deshielo de este año comenzó con un grado mínimo histórico en marzo, y el hielo se empezó a fundir rápidamente en mayo. Durante los dos meses siguientes, las bajas presiones atmosféricas y el cielo nublado ralentizaron el proceso, pero tras dos grandes tormentas que pasaron a través de la cuenca del Ártico en agosto, el derretimiento del hielo se ha ido acelerando hasta comienzos del mes de septiembre.

Este hecho preocupó enormemente a la comunidad científica, quienes expresaron que estos cambios se manifestarán »de manera geográficamente desigual», es decir, que los veranos podrían ser secos y cálidos en algunas zonas, y fríos y húmedos en otras, por lo que urge tomar medidas para proteger el Ártico y combatir el cambio climático.

Sin el hielo del Ártico, la temperatura del planeta sería muy distinta, puesto que gran parte de la luz solar se refleja en su superficie, y no la absorbe el océano. De ocurrir lo contrario, viviríamos en una Tierra con mares con temperaturas extremadamente cálidas, lo que sin duda contribuiría a la formación de ciclones más intensos y destructivos de los que conocemos actualmente.

El Ártico está pasando por una situación muy preocupante. Ya en abril se supo que una región de Groenlandia estaba experimentando un deshielo muy importante, a pesar de que por esas fechas estábamos en primavera. Así pues, ojalá se tomen las medidas necesarias pronto.

Puedes leer el estudio de la NASA aquí, (en inglés).


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.

  1.   David dijo

    Buenas tardes, sin embargo y a pesar de que la extensión del hielo en el ártico se reduce año tras año. Tengo entendido que en el otro extremo la Antártida, el hielo va ganando extensión desde hace algunos años. Es eso cierto ???

    1.    Monica Sanchez dijo

      Hola David.
      Sí y no 🙂 . Te explico: el hielo en la superficie del continente sí que se está reduciendo, pero no así el hielo en el mar, que por el contrario está aumentando.
      Tienes más información este artículo (está en inglés).
      Un saludo.

  2.   David dijo

    Gracias Mónica.
    Si, ya había leído algo sobre esto. El régimen de vientos podría ser el causante del aumento de la extensión de hielo en el océano Antártico, igualmente también leí que en no sé qué parte del océano ártico sucede lo mismo, y que este cambio en el patrón de vientos podría ser causado por calentamiento global del planeta.

    Dicho esto, los próximos años o décadas nos podríamos encontrar con la paradoja de que el aumento de la temperatura media del planeta podría desencadenar una glaciación.

    Ya que aunque disminuya claramente la extensión y el grosor del hielo acumulado en la superficie del continente Antártico o de la gran Isla de Groenlandia en el Ártico. Si la banquisa marina se va extendiendo en ambos polos, la superficie del planeta se enfriaría rápidamente por el efecto albedo, ya se sabe que cuanta más superficie helada, más cantidad de radiación solar es devuelta a la atmósfera.

    Por otro lado tenemos el efecto de la ralentización de la famosa corriente del golfo (creo que demostrada), corriente causante del clima templado que tenemos en Europa occidental desde hace miles de años, y que si acaba deteniéndose provocaría un gran enfriamiento en gran parte del hemisferio Norte, debido a un intercambio entre las aguas muy frías y profundas del océano Atlántico Norte y las mucho más cálidas de las más superficiales.

    Y ya por último, el remate para tener una glaciación en toda regla lo tenemos en nuestro Sol, nuestra querida estrella de la cual dependemos en todo.

    Pues parece ser que el Sol está entrando en una fase de muy poca actividad, la última vez que sucedió esto fue entre los siglos XVII – XVIII. Con un mínimo solar llamado Mínimo de Maunder, época que duró desde el año 1645 al 1715, cuando las manchas solares prácticamente desaparecieron de la superficie del Sol.

    Este efecto provocó el periodo llamado “pequeña edad del hielo”, provocando por ejemplo que el rio Támesis en Londres quedará completamente congelado cada invierno o que incluso se helaran tramos del rio Ebro en algunos inviernos.

    Saludos.