¿Qué consecuencias tiene el deshielo en el Ártico?

Hielo Ártico

No hace demasiado tiempo, el océano Ártico se cubría en toda su extensión de hielo durante todo el año, incluyendo en verano. En invierno, las capas de hielo eran mucho mayores y se extendían por las latitudes más bajas, llegando a cubrir el mar de Groenlandia y el mar de Bering. En verano, debido a los aumentos de temperatura, las capas de hielo retrocedían, sin embargo, el borde helado llegaba hasta muy cerca de las costas.

Esta situación está cambiando con el paso de los años. Cada vez las capas de hielo son de menor extensión y hay menos zona helada. ¿Qué ocurriría si el Ártico se quedara completamente sin hielo?

Retroceso de las capas de hielo

La situación en la que nos veíamos antes y la que tenemos ahora es totalmente distinta. Una superficie que en aquel entonces tenía unos 8 millones de kilómetros cuadrados en el mes de septiembre, hoy día solo tiene durante ese mes unos 3-4 millones de kilómetros cuadrados. En el mes de septiembre es cuando existe un mayor retroceso de las capas de hielo. Esto indica que el espesor de las capas de hielo se ha reducido a la mitad. El hielo estival no tiene más que la cuarta parte del volumen que tenía en los años setenta del siglo pasado.

Debido al calentamiento global, el Ártico avanza su deshielo al doble o triple de velocidad que en el resto del mundo. Esto se debe a la cadena transportadora de calor proveniente del ecuador. Esta aceleración del calentamiento del Ártico provocará un verano sin nada de hielo a corto plazo.

deshielo ártico

Cada año que se registran las temperaturas anuales nos damos cuenta que es más caluroso que el anterior, siendo el año 2016 el más caluroso desde que las temperaturas comenzaron a medirse por allá por los años 1880. Antiguamente, cuando se observaba el hielo del Ártico, se hablaba de hielo plurianual. Esto significaba que el hielo que se observaba se había formado varios años antes y que perduraba tras el paso de las estaciones. Debido a los años en los que se había formado, podían alcanzar grandes alturas, topografía escarpada y grandes crestas que impedían el paso a los exploradores y a los barcos.

Hoy día casi todo el hielo que se observa es de primer año. Es decir, se ha formado durante la estación actual. Normalmente solo alcanzan un grosor de 1,5 metros y no tiene más que unas cuantas crestas. El hielo que se forma en un solo invierno (y teniendo en cuenta que cada vez las temperaturas son más altas) puede derretirse durante un solo verano. Esto provoca una muerte del hielo estival.

Consecuencias de la desaparición del hielo

Disminución del albedo

Desde que se empieza hablando del calentamiento global y del cambio climático se está hablando del derretimiento de los hielos del Ártico y de la Antártida. Pues bien, las consecuencias de la desaparición de estas grandes capas de hielo son muy dramáticas para el planeta. El albedo es el porcentaje de radiación solar que la superficie terrestre refleja o devuelve a la atmósfera. Pues una de las consecuencias de la desaparición de las capas de hielo sería la reducción del albedo desde un 0,6% a un 0,1%. Esto conlleva a un mayor retenimiento de calor en la superficie terrestre y, por lo tanto, un aumento de las temperaturas globales.

albedo

El problema que se tiene con el albedo es que el hielo estival está retrocediendo en una época en la que se está recibiendo mucha radiación solar. La continua desaparición de hielo está haciendo disminuir el albedo en todo el mundo. Esto contribuye en un 25% a los efectos directos del calentamiento global causado por los seres humanos. También se está observando que, a medida que va desapareciendo el hielo marino, las nieves costeras se derriten mucho más rápido en primavera, debido a las masas de aire más caliente que llegan desde el mar despejado.

Aumento del nivel del mar

Una segunda consecuencia del retroceso de las capas de hielo, es más conocida. Se trata del aumento del nivel del mar. El hielo estival no tiene más que la cuarta parte del volumen que tenía en los años setenta del siglo pasado. Esto provoca que el agua de deshielo vaya circulando por los casquetes hasta acabar en el mar, haciendo aumentar su nivel. Los expertos del IPCC han estimado una subida del nivel del mar de más de un metro. Se trata de un cambio irreversible que tendrá efectos desastrosos en ciudades costeras como Miami, Nueva York, Shanghái y Venecia, además de aumentar la frecuencia de las inundaciones en costas llanas y abarrotadas como la de Bangladesh.

Emisiones de metano

Una tercera consecuencia es la amenaza más inminente sobre la humanidad. Se trata de las emisiones de metano de los fondos marinos. El Ártico tiene su propio sistema de aire acondicionado que funciona mientras existan capas de hielo sobre la superficie del agua. En verano, aunque haya poco hielo, las temperaturas del agua no pueden aumentar por encima de los 0 grados. Es por eso que el sistema de aire acondicionado se mantiene. Sin embargo, cuando el hielo se derrite por completo en verano, las masas de agua pueden llegar a calentarse hasta unos 7 grados llegando a absorber la radiación solar (ya que no existe hielo que la refleje). En el Ártico, las plataformas continentales tienen muy poca profundidad, por lo que la radiación solar que absorbe el agua llega hasta el fondo marino, derritiendo el permafrost que yacen allí desde la última Era Glacial.

Ártico

Los sedimentos que nos encontramos en el permafrost marino tienen grandes cantidades de metano retenidos, por lo que su deshielo generaría la liberación de grandes columnas de metano. El metano tiene un efecto de invernadero 23 veces mayor que el dióxido de carbono, por lo que su liberación a la atmósfera haría aumentar aún más el calentamiento global. Si esas columnas de metano se liberan a la atmósfera, podría contribuir al aumento de la temperatura global a 0,6 grados más para el año 2040.

Otro gran peligro para el bienestar de nuestro mundo es la probabilidad de que el calentamiento del Ártico y la desaparición del hielo marino sean la causa de la meteorología tan extrema que hemos vivido en los últimos seis años, con inviernos muy fríos o tormentosos en ciertas partes de Europa y Norteamérica y tiempo muy cálido en otras zonas.

Corriente del chorro

Existe la llamada corriente en chorro que es la que separa el Ártico de las masas de aire de latitudes más bajas. Pues bien, esta corriente en chorro es más lenta que antes, debido a que se ha reducido la diferencia de temperaturas entre las aguas de latitudes más bajas y las aguas del Ártico. El hecho de que la corriente en chorro sea más lenta permite que se prolonguen los sistemas meteorológicos locales de un solo fenómeno como pueden ser las sequías, las inundaciones, olas de calor, etc. Las mayores repercusiones de la lentitud de esta corriente se están dando en países de latitudes intermedias del hemisferio norte donde se encuentran las tierras de cultivo más productivas del planeta. Si este efecto persiste, la producción mundial de alimentos puede correr grave peligro, provocando situaciones de hambruna, subida de precios en los alimentos y guerras.

Corriente en chorro

Cinta transportadora oceánica

La última consecuencia de la desaparición del hielo puede tener alguna ventaja. Existen una circulación termohalina muy lenta que no se impulsa de los vientos, sino de la distribución de calor y las precipitaciones sobre los mares. Esta circulación se conoce como la cinta transportadora. Básicamente, se trata de una corriente en la que las masas de agua caliente circulan en dirección al Ártico y conforme se van enfriando se vuelven más saladas y densas. Ese aumento de la densidad hace que las masas de agua se hundan y circulen de nuevo hacia latitudes más bajas. Cuando llegan al Pacifico, de nuevo se calientan y al ser menos densas, vuelven a la superficie. Pues bien, en la zona en la que las masa de agua se hunden por volverse frías y densas, no se ve ningún hielo desde el año 1998. Esto provoca que la cinta transportadora esté dejando de funcionar, haciendo que se enfríe menos el agua. La ventaja que esto puede otorgar es que, para finales de siglo, Reino Unido, Irlanda, Islandia y las costas de Francia y Noruega (además del noroeste de España) solo subirán 2°C, frente a los terribles 4°C de la mayor parte de Europa continental. Es una buena noticia para el noroeste de Europa, pero no para la América tropical, porque la pérdida de la corriente aumentará la temperatura de las aguas del Atlántico en esa zona y, como consecuencia, la intensidad de los huracanes.

cinta transportadora

Un futuro sin hielo

Estos datos que se tienen sobre los efectos y consecuencias de la desaparición del hielo tienen una gran importancia por varios motivos. El primero, es que demuestra la nulidad que tienen los argumentos sobre los beneficios económicos que tendría el deshielo para facilitar el transporte marítimo y la prospección petrolífera marina. Esta situación puede suponer a los gobiernos ganancias de miles de millones de dólares. Sin embargo, el coste que tiene el calentamiento que hace posible esta situación se calcula en billones de dólares.

El segundo, demuestra que el futuro del calentamiento global no puede hacerse de manera lineal, teniendo en cuenta sólo las emisiones de CO2, sino contando que existen numerosos factores que intervienen en la aceleración del calentamiento y quizá acaben por dominar la pauta. He señalado el efecto de la reducción del albedo y de la liberación del metano de los sedimentos marinos. Es por eso que se hace posible que, aunque reduzcamos las emisiones de CO2 a nivel global, el sistema no reaccione del mismo modo porque se está aumentando los gases de invernadero en la atmósfera y aumentando la cantidad de calor que absorbe la Tierra.

Como podéis ver, existen graves consecuencias ante la desaparición de hielo en el planeta. Una de las soluciones posibles, no es la de disminuir la cantidad de CO2 que se vierte a la atmósfera, sino de una técnica de absorción del CO2 para retirarlo del ciclo. Sin embargo, el ser humano está perdiendo uno de los ecosistemas que más necesita el planeta y del que nos valemos para tener la vida que podemos tener actualmente.


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